Es la protagonista de un anuncio de Orange.
13 may 2009 . Actualizado a las 12:27 h.Y de rebote. Así se escribe la historia. También de la fama inesperada. La está viviendo Manuela Pazos, una mujer que se enfrenta a lo que haga falta sin complejos y que, gracias a los vericuetos de la casualidad (siempre sorprendentes), se está convirtiendo en una de las estrellas de Internet.
La historia, en síntesis, se escribe de aqueste modo: Dentro de su campaña Unaynomas, Orange contrata con una empresa catalana un anuncio específico para la Red. Las creativas de dicha firma les cuentan la teoría de su idea. Orange les dice que sí, que les gusta lo que han ideado, que puede tener gracia, pero que mejor que lo trasladen del papel a la cinta para meterse más en situación.
Se ponen a ello. Lo difícil es dar con la actriz que encarne a su protagonista, una mujer con escasa formación en materia informática y con cierta vis cómica, que cree una serie de situaciones equívocas. Mientras dan y no dan con ella, deciden pedir a una de sus madres que se preste a dar vida al papel. Y ahí es donde entra Manuela Pazos. «Tanto insistieron que, al final, acepté», cuenta al otro lado del teléfono.
El caso es que a Orange, cuando vio el resultado del trabajo, se le encendió la bombilla y dijo: «Nada de buscar una actriz para el papel, nadie va a interpretarlo mejor que Manuela. Desde este momento, esto ha dejado de ser una cinta de prueba para convertirse en el anuncio definitivo».
Y así fue como esta redondelana se ha convertido en una de las estrellas de Youtube por derecho propio. Mientras aquella tarde-noche de vídeo casero iba repitiendo las frases del guión que Daniela, su hija, y otra compañera de trabajo habían preparado, ni se le pasaba a nuestra protagonista por la cabeza pensar que aquel trabajo tendría trascendencia. Se equivocaba.
El anuncio en cuestión está lleno de tópicos, lo cual no quiere decir que no siga provocando la sonrisa del espectador. Es cierto que hemos dado un gran salto en materia tecnológica, pero en el mundo (me refiero en el mundo español) todavía quedan muchas Manuelas. Claro que lo suyo es todo de mentirijillas. Y es que, al contrario de lo que deja traslucir en el anuncio, domina con soltura el lenguaje de ordenador. «Sí, sí, ningún problema. Escaneo unas fotografías y te las envío ahora mismo», promete. Y cumple como se puede apreciar.
Lo que no es fingido es su acento gallego, del que tan orgullosa se siente. Y eso que hace muchos años que no reside en Galicia. «Pero no he perdido nunca el contacto con Redondela. ¿Que cuándo fui por última vez? Pues hace mes y medio. Tengo familia y amigos a los que visito siempre que puedo», afirma.
La biografía de Manuela Pazos esconde una historia de superación personal digna de admiración. No se le pone nada por delante. De hecho, a sus cincuenta y muchos años se ha matriculado en un máster y piensa doctorarse.
Acababa de cumplir dos años cuando sus padres Manuel Pazos y Manuela Pazos -«sí, en cuestión de nombres somos muy originales en la familia», ironiza- emigraron a Río de Janeiro, donde residió 54 años. Eso sí, hasta que cumplió los 23 no se perdió los veranos de Redondela, donde seguía residiendo su familia, con Manuel y Filomena, los abuelos, a la cabeza. «Vivían en una casa en Santa Marina», recuerda.
Un accidente cerebrovascular cambió radicalmente su vida cuando cumplió los 23. Sólo una inmensa fuerza de superación le ha permitido seguir adelante -«Tengo algunas secuelas», explica-. No le quedó más remedio que renunciar a muchas cosas, entre otras a seguir estudiando. Cuando cumplió los 40 se vio con las fuerzas y la capacidad suficiente para retomar los libros. A los 45 se licenció en Filología española. Hizo a continuación un máster en Literatura Española y ahora, ya de regreso en España, acaba de iniciar otro. Con seguir estudiando contaba Manuela cuando hace dos años regresó a España. Con lo que no contaba era con convertirse en estrella publicitaria.
Otra cosa fija en su agenda seguirán siendo sus escapadas a Redondela, donde tiene un buen puñado de amigos. «Y eso que algunos integrantes de la pandilla residen fuera». Respecto a la interminable lista de parientes, me sugiere que eche un vistazo a la lista de teléfonos. «¿Ves cuántos Pazos que hay? Pues casi todos somos familia: José Ángel, Carlos, Alejandro...».
Lo inaugurará mañana (20.30 horas) Agustín Jiménez. La entrada es libre y, a tenor de lo vivido en la edición del pasado año, mejor llegar con tiempo. Avisados quedan.