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El Concello vigués precinta un garaje por temor a que se desplome la calle

VIGO CIUDAD

Los vecinos han roto los sellos y mantienen un pulso con Urbanismo para que corra con las reparaciones del párking

18 may 2009 . Actualizado a las 11:30 h.

Los departamentos municipales de Vías y Obras y Urbanismo no han conseguido que los vecinos de los números 2 y 4 de la calle Esperanto, en pleno centro de Vigo, dejen de utilizar el garaje de dos plantas situado en el sótano de este inmueble. La clausura del aparcamiento fue decretada por el Concello tras detectar que fue construido irregularmente hace varias décadas debajo de la calle y que su estructura es insuficiente para soportar el peso del vial además del tránsito de vehículos.

Sin embargo, estos argumentos chocan contra la exigencia de los propietarios del garaje, que reclaman que sea el Concello quien se haga cargo de las reparaciones. Alegan que todo estaba bien hasta que se inició hace casi un año la humanización de esta pequeña calle situada cerca del cruce de Llorones.

Esta posibilidad es descartada tajantemente en medios próximos al gobierno municipal, quien atribuyen la responsabilidad exclusiva a los propietarios. A mayores, recuerdan que el aparcamiento nunca podría haberse construido legalmente debajo de una calle y que por tanto se encuentra fuera de ordenación urbanística.

Precinto roto

En este contexto, en el Concello valoran en estos momentos los pasos a dar una vez que algún vecino ha roto el precinto colocado y siguen utilizando el garaje pese al riesgo que ello comporta. Como no es viable mantener presencia policial permanente se han pensado incluso en colocar un obstáculo físico en la puerta del aparcamiento.

El mayor temor de los técnicos es que los puntales que refuerzan en estos momentos las vigas del párking puedan ser derribados con las maniobras de los vehículos y ello afecte a la estructura. A su juicio la instalación no ofrece en estos momentos seguridad para su uso y de alguna forma ello implica también a la calle.

El problema salió a la luz el pasado verano cuando empezaron una obras de humanización que se consideraban sencillas de ejecutar dada la escasa longitud de una calle que es el principal acceso al colegio Alba. Presupuestadas inicialmente en 55.000 euros, el Concello accedió a destinar este dinero a la impermeabilización del vial a fin de evitar que se inundara el garaje.

Sin embargo, tras varias inspecciones de los técnicos se comprobó que la estructura que los ampara presenta graves deficiencias y que un primer arreglo realizado por los propietarios es insuficiente. A partir de ese momento las cosas se torcieron ya que los titulares de las plazas no quieren asumir las cargas. Para el Concello, por el contrario, no existe motivo alguno para financiarlas con el dinero de todos los vigueses.