Las discrepancias crecen entre los socialistas por el protagonismo que algunos dan a la ex alcaldesa y por la estrategia del partido
06 sep 2009 . Actualizado a las 02:00 h.Parecen no tener remedio. Cada reunión que celebran los socialista vigueses sirve para demostrar que las discrepancias entre sus miembros, incluso de la dirección, no dejan de crecer ante la falta de un líder que consiga aglutinar con un estilo común la filosofía del partido. Y es que cada vez es más evidente que la ejecutiva del PSOE vigués, integrada por medio centenar de personas, esta formada más por afiliados a sus protectores personales y ayudadores que a una idea política. Y las decenas de altas en el listado de militantes que se están produciendo en los últimos meses, a cambio de respuestas de todo tipo a necesidades personales de los socialistas de nuevo cuño, no hacen más que engordar esa inestable e interesada relación.
La última reunión de la ejecutiva viguesa celebrada esta semana vino a demostrar esa heterogeneidad personal al hacer público varios responsables de secretarías de área que no están conformes con el sometimiento impuesto en el partido. Por escrito, y hasta con algún enfrentamiento entre cargos electos -el más sonado fue el protagonizado por la senadora Carmela Silva y la diputada Marta Estrada- han dicho que quieren más actividad, más autonomía para poder calar en la sociedad, para incluso apoyar a Abel Caballero en su cita electoral. Otros discreparon abiertamente hasta del uso de los fondos que el alcalde está haciendo del Plan E. No todo van a ser aceras, clamaron, para pedir que se note también la inversión en proyectos en los que se pueda distinguir el sello de la izquierda. Los discrepantes creen que seguir el modelo que aplicó Corina Porro con sus obras en la ciudad no garantizan los votos necesarios para repetir en la alcaldía. Pero la ex alcaldesa y líder del PP local surgió varias veces en las discusiones de las dos últimas ejecutivas del PSOE vigués, demostrando que su sombra causa efecto en el partido de Caballero. Para mudar esa situación, algunos dirigentes socialistas de la ciudad pidieron en público que se deje de poner a Corina Porro todo el día en el centro de las reflexiones públicas de alcalde y concejales ante los medios de comunicación. Creen que es el propio PSOE el que mantiene vivo el supuesto efecto electoral de la ex alcaldesa al confrontar con ella cada dos por tres y por eso pidieron un cambio urgente.
Y algo de mella hicieron las críticas, pues introducir nuevos métodos de trabajo fue el eje del encuentro que la cúpula del PSOE local mantuvo ayer, aprovechando que Caballero ordenó no ir a la cita de su partido en Santiago para hacer patente su disgusto porque no sea Carmela Silva quien vaya a dirigir el PSOE en la provincia.
Estrategia política, presencia ante la opinión pública, comunicación y mensaje y coordinación con el grupo parlamentario fueron los capítulos que el alcalde repasó con sus más fieles ayer en el pazo de San Roque para preparar la recta final que le llevará a las elecciones del 2011. Para encararlas con más garantías, de entre la larga nómina de asesores que tiene Caballero, ha surgido el convencimiento de que el alcalde tiene que intensificar el discurso localista, por encima incluso del de partido. Por eso no ven mal el pulso con la dirección del PSOE en Santiago. Pero apuestan por algo más. Blandir la bandera de la supuesta afrenta y discriminación que la Xunta tiene para con Vigo será parte del guión central. Movilizar a los sectores sociales será parte del atrezo para evitar así que el efecto Porro tambalee las aspiraciones de Abel.