Los siete años empleados en la elaboración de un nuevo Plan Xeral de Urbanismo en Vigo servirán de poco si el PP consigue los votos en las próximas elecciones municipales para gobernar la ciudad. Por si se da tal circunstancia el grupo municipal de ese partido iniciará a partir de hoy la elaboración de lo que el concejal Antonio Martiño definió como «un nuevo documento con modificaciones que permitan su desarrollo ante la parálisis que está provocando el actual». La idea es tenerlo totalmente terminado a finales del 2010.
El programa se desarrollará en cuatro fases. Una primera en la que se elaborará un listado con todas las solicitudes de colectivos y ciudadanos sobre la que se establecerá una clasificación.
La segunda parte contempla un calendario de reuniones con colectivos y entidades para conocer de primera mano la problemática existente en cada zona. A continuación tendrá lugar el trabajo de campo que permita plasmar las modificaciones barrio por barrio.
Equipo jurídico
El documento se cerrará con el control de viabilidad, tanto técnica como económica, en el que participará un equipo jurídico y técnico para la elaboración de la nueva propuesta.
Según Antonio Martiño, responsable político del proyecto, la intención es escuchar a todo el mundo para conseguir un plan consensuado, transparente y viable.
El motivo de enfrentarse a nuevos cambios urbanísticos es la falta de desarrollo del plan actual, en vigor desde hace un año y con el que solo se ha conseguido otorgar licencias a medio centenar de viviendas unifamiliares, según denunció el concejal del PP, quien definió el Plan Xeral actual como «la historia de un fracaso». Lo achacó al hecho de que se modificase el punto de partida del documento que contemplaba un porcentaje de vivienda libre y que en su lugar se estableciese una cifra en función del ámbito. Así, dijo, en las parrqouias se estableció un 50% de vivienda protegida, mientras que en el centro se limitó al 30%., lo que a su juicio significa un castigo para las parroquias.
Seguridad
Otro de los motivos que llevan al PP local a enfrentarse a uno de los temas más polémicos del Concello vigués en los últimos tiempos es la escasa seguridad jurídica que, entiende, se desprende del documento urbanístico, lo que provoca retraimiento entre los inversores.
La falta de desarrollo de suelo industrial no se libra de las críticas de la oposición, que culpa a la Zona Franca de dejar desierta de empresas la ciudad, lo que ha llevado a auxiliares del sector de la automoción a buscar otras alternativas.
Sobre las seis mil viviendas protegidas que con el nuevo urbanismo se pretendían construir en cuatro años, el PP recuerda que de momento no hay ni una licencia.
Las críticas al Plan Xeral de Ordenación Municipal vigente fueron completadas por el portavoz del grupo municipal del PP, José Manuel Figueroa, quien remitió a una serie de infraestructuras que todavía no se han llevado a cabo como la autovía entre Vigo y O Porriño, la ampliación de los polígonos de Balaídos o Matamá, Guixar con el túnel de Julián Estévez, o la Ciudad de la Justicia, a la espera de cesión de terrenos por parte del Concello.
No se olvidó Figueroa del abandono que sufre el barrio del cura, la panificadora o A Seara.
Denunció el portavoz popular que «los sindicatos negocian por detrás un plan sectorial de vivienda para que el ámbito de Álvarez se desarrolle a su gusto». En cualquier caso, advirtió, su grupo no está dispuesto a aceptar un urbanismo a la carta, en función de los intereses de cada uno.