Después de 41 años de historia, casi todos en la máxima categoría del voleibol español, el Club Voleibol Vigo atraviesa por su situación más delicada. Su presidente, Guillermo Touza, no quiere ser alarmista ni que le tachen de «llorón», pero asegura que si no aparece un patrocinador la continuidad del club va a ser completamente inviable.
«Ha habido épocas complicadas, y más mal que bien las hemos sacado adelante, pero nunca a estas alturas de la temporada habíamos estado en esta situación», comenta el histórico dirigente. El pasado verano, tras descender a la Superliga 2, la junta directiva se pensó seriamente si inscribirse ante la falta de patrocinador, pero decidieron hacerlo a la espera de que alguna de las gestiones que estaban llevando fructificase y tarde o temprano apareciese un patrocinador. Han pasado meses y todas las puertas a las que han llamado estaban cerradas.
«Si no aparece un patrocinador vamos camino del descalabro total. Igual dentro de nada esto explota. Tenemos que analizar cada euro que nos gastamos, ahorrar en cada detalle de los desplazamientos, no sé con qué vamos a terminar la temporadas sin ayudas», comenta Touza.
El presidente está decepcionado con la «falta de colaboración» que ha encontrado «por parte de algunas instituciones» y aunque sabe que la situación económica no es la ideal para que una empresa apueste por el deporte, destaca que «no es demasiado lo que pedimos y somos el único club de élite de la ciudad que no tiene patrocinador, a todos los demás les han encontrado ayudas», señala.
Guillermo Touza asegura que seguirá haciendo todo lo posible para al menos conseguir acabar esta temporada, «aunque no sé como lo vamos a hacer», aclara. Confía en que si se consigue el objetivo del ascenso las cosas cambien y el equipo resulte más atractivo para invertir.
De momento apela a la profesionalidad de los jugadores, que el pasado sábado perdían frente al quinto clasificado de la liga después de ir ganando por dos sets a cero. «No quiero pensar que la situación afecte al rendimiento de los jugadores», dice el presidente.
Esperan unos meses tensos para la supervivencia de uno de los clubes históricos de Vigo.