El sacrificio de Caballero

VIGO

El alcalde se baja el sueldo 14 euros brutos al mes -7 netos, en catorce pagas- como «medida ejemplar». 6 viajes en Vitrasa, 7 cafés, una entrada de cine... ¿a qué renunciará?

11 feb 2010 . Actualizado a las 16:52 h.

Dicen que anda atribulado, cabizbajo y algo mustio. La duda lo acecha. Abel Caballero se ha bajado el sueldo y ahora tiene que decidir. Hace números. Calcula. ¿A qué renunciaré?, se pregunta estos días el alcalde socialista. Anteayer anunció que, como «medida ejemplar», reduciría su sueldo un 0,2%. Cobra cerca de 80.000 euros al año. Contando con las catorce pagas, son unos siete euros netos al mes. ¿Qué cosas no va a poder comprar el alcalde después de su «medida ejemplar»? ¿A qué se sacrifica?

Hagámosle varias propuestas para esta difícil tesitura. El regidor podría renunciar a apretarse el cinturón. Ni siquiera en las segundas rebajas de la calle Príncipe podría adquirir uno con siete euros menos al mes. Tampoco podría comprarse tres pares de calcetines en la feria de Valença, adonde acuden cada sábado tantos de sus conciudadanos.

Claro que, en épocas de crisis tal vez prefiera tener sus pantalones bien atados y sus pies calientes. En ese caso, su sacrificio iría por otro lado y hasta podría recuperar su ministerial imagen de los ochenta y se deje la barba. Ahorraría un buen pellizco al no comprar cuchillas de afeitar. Desechables.

Cuentan que es aficionado al cine. Este es el año en el que hay más filmes nominados a recibir el Oscar a la mejor película (10). Quizás no pueda verlos todos: Invictus , Nine , Precious ... ¿Cuál descartar? Siete euros es lo que cuesta una entrada de cine. El día del espectador.

O tal vez borre de su agenda varias inauguraciones de calles humanizadas. Son muchas y siempre acude en Vitrasa y suponemos que paga los billetes. Si su sacrificio va por los transportes, Caballero se privará de seis viajes en el bus urbano. O ir a Pontevedra: tanto el tren como el peaje de la autopista le costarían 5,90. Y el euro restante, para un viaje en Vitrasa.

Aunque tal vez le venga bien para mantenerse en forma. Una hamburguesa doble completa menos cada mes sería un enorme sacrificio. Como lo sería renunciar al aperitivo de una cena en la calle Rosalía de Castro. O a las pipas para ver los partidos del Celta: casi cinco paquetes menos al mes.

Pero podría ser que todo lo anterior sea indispensable para su vida y busque una alternativa. Opciones de sacrificio no le faltan: siete cafés menos en la calle García Barbón, o dos bocks en la plaza de Compostela, o tal vez un cubata en alguna de las discotecas de Areal.

Hay quien dice que baraja ahorrar en el periódico. Pero en ese caso renunciaría a ver su foto seis días al mes. Y hay cosas que no tienen precio.