El Volei Vigo no estaba dispuesto a desperdiciar un gramo de sus fuerzas en la Copa Príncipe teniendo en cuenta que la fase de ascenso a la Superliga está a la vuelta de la esquina. Pero los de Calafell tumbaron al favorito el sábado y ayer ganaron con solvencia al Almoradí. Como consecuencia, regresan a casa con un trofeo que se les había escapado dos años atrás en otra final ante el Barcelona.
Los vigueses ganaron la final con absoluta solvencia ante un Almoradí que defendía título, pero que comenzó un tanto frio el encuentro. Desde el principio el cuadro de Flavio Calafell se hizo con el control del duelo en todos los ámbitos, y aunque el rival intentó cortar el 10-14 del primer set con un tiempo que no surgió efecto. Además, los tres fallos consecutivos de Almoradí en el saque facilitaron el camino para imponerse en la primera manga.
Vigo mandó también en la segunda merced a los bloqueos de Benassi y una importante riqueza tácticas con continuas variantes en la estrategia. Cuando los alicantinos quisieron reaccionar (14-18) se encontraron con dos puntos imposibles de Mahía que encaminó el segundo set.
En el tercero fueron los de Alicante quienes llevaron la iniciativa con Crespo y Mateo neutralizando los ataques gallegos y terminaron por sumar su único punto de la final.
Porque aunque la igualadad en la cuarta manga se mantuvo en el arranque, el 6-10 cosechado por los gallegos con remates en diagonal de Díaz Romeral y Benassi pusieron la proa hacia la victori. El propio Benassi contribuyó con un par de bloqueos a cerrar un partido que permite al equipo que preside Guillermo Touza adjudicarse el primer título oficial de la temporada y que en teoría será un refrendo para luchar por el ascenso.