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El saludo fascista llega a la primaria

VIGO

La inspección de enseñanza emitía una circular, el 2 de abril de 1938, ordenando a los profesores que «expliquen a los niños el significado del saludo con el brazo en alto»

31 mar 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

El 24 de abril de 1937, el Boletín Oficial del Estado publicaba un decreto por el cual se establecía como saludo nacional el constituido por el brazo en alto, con la mano abierta y extendida, y formando con la vertical del cuerpo un ángulo de 45 grados.

Un año después, el 2 de abril de 1938, la Inspección de Primera Enseñanza hacía pública una circular, dirigida a los profesores de las escuelas viguesas, a través de la cual se llevaba el uso del saludo fascista a las aulas de los más pequeños. «Esperando del reconocido celo del magisterio que acatará cuanto se ha dispuesto con su ejemplo y que aprovechará todas las ocasiones para despertar en la infancia el sentimiento patriótico, explicando a los niños el significado del saludo con el brazo en alto y la mano extendida entre los buenos ciudadanos, como símbolo de fe y esperanza, de patriotismo y de amor en los destinos de la España imperial, Una, Grande y Libre», recogía la circular publicada en la prensa. La obligatoriedad del saludo romano, que en España se llamó ibérico, quedó derogada por un decreto el 11 de septiembre de 1945.

Todos a misa

El mismo comunicado también tenía una componente religiosa, enfocada a cumplir los preceptos de la Iglesia Católica. «He dispuesto-continuaba el inspector de Primera Enseñanza-que donde existan organizaciones juveniles de Falange Española Tradicionalista y de las JONS, los alumnos de las escuelas públicas asistirán encuadrados en aquellas organizaciones a la misa de precepto, a la que acudirán igualmente los maestros de las respectivas escuelas que nutran la referida organización con el alumnado que no esté inscripto en la misma. Para ello, estimo necesario realizar una reunión, en aquellas localidades donde se presente este problema, entre los maestros y el jefe de la organización juvenil correspondiente, con el objeto de inculcar la asistencia a misa de conformidad con estas instrucciones».

El ambiente bélico y de exaltación franquista ocupaba toda la realidad viguesa de aquella época. El periódico El Pueblo Gallego , órgano oficial de la Falange, daba cuenta de las hazañas bélicas de las tropas nacionales y ensalzaba a los soldados muertos. «¡Presente! Muerto gloriosamente en el frente aragonés (Mediana) cuando luchaba contra los enemigos de Dios y de España», se podía leer bajo el retrato del fallecido y su filiación varios días a la semana.

El 4 de abril, la plaza de Compostela se llenaba de gente que celebraba con entusiasmo, como decía la prensa, la caída de Lérida en poder de las tropas franquistas. «Una jornada más de patriotismo vigués», encabezaba la crónica de esta manifestación El Pueblo Gallego . «Iban a la cabeza las autoridades civiles y militares, el jefe y el secretario provincial de la Falange, señores Suevos y Babé; el jefe local, camarada Portanet; jefe de servicios y de secciones y otros varios camaradas», reflejaban al día siguiente en los periódicos.

La presencia de la Falange era absoluta, incluso en la publicidad comercial. En una página entera de El Pueblo , repleta de anuncios de diferentes marcas, la Falange recomendaba su adquisición «por pertenecer estos a personas afectas y simpatizantes a nuestra organización». Desde La Artística a la Panificadora, desde una librería a unos almacenes. Todos se anunciaban al amparo y recomendación del órgano más poderoso del Vigo de la época.