La decisión de conservar el edificio se ve como un triunfo de la sociedad viguesa, que desde hace 25 años pedía su indulto
20 oct 2010 . Actualizado a las 11:47 h.El indulto de la Panificadora, cuando ya estaba a punto de perecer, abre la vía a la salvación del patrimonio industrial de Vigo, muy valorado en otras ciudades y despreciado con frecuencia por los políticos vigueses.
El teniente de alcalde, Santiago Domínguez, destacó ayer que en este caso «hai un acordo absoluto» con sus socios de gobierno socialistas. Aplaude la conservación del edificio y, por tanto, que se bloquee la posibilidad de desarrollar el proyecto residencial, comercial y terciario autorizado por el plan especial del Casco Vello.
Para la asociación Outro Vigo é Posible, que junto con otros colectivos como Salvemos la Panificadora o Entremos na Panificadora, abogó por conservar el inmueble, la decisión de no derribarlo tiene detrás un sentimiento latente de muchos ciudadanos. Grupos como Siniestro Total actuaron en Castrelos con el edificio de fondo mostrado en pantallas, mientras que escritores como Manuel Bragado ejercían de abogados en sus artículos.
Al margen de su valor arquitectónico, la Panificadora se convirtió en un valor sentimental que caló en el corazón de cientos de vigueses, de todos aquellos que plasmaron su firma en las sucesivas campañas para impedir el derribo.
Entre los que alzaron sus voces se encontraba el Colegio de Arquitectos de Galicia en Vigo, que desde hace veinticinco años ha apostado por mantener la construcción y, en general, el patrimonio industrial de Vigo, algo más que difícil, según reconocen los responsables del organismo. El presidente, Salvador Fraga, explica que todo lo que se pueda avanzar en esta línea es bueno y muy apreciado por los esfuerzos que supone.
El Colegio eligió en el 2002 el edificio de la Panificadora para reivindicar con motivo de la celebración del Día Mundial de la Arquitectura y solicitó a la Xunta que lo catalogase como Bien de Interés Cultural, aunque por segunda vez no recibió respuesta.
Uno de los puntos que quedan por aclarar es qué tipo de contraprestación recibirán del Concello los propietarios del inmueble, dato que no aclaró el alcalde tras el anunció de la conservación del edificio.
Los colectivos ciudadanos esperan que esta actuación se convierta en un gesto para salvar el resto del patrimonio industrial, en cuyo apartado Vigo podría convertirse en referente.