El líder era menos fiero de lo que parecía. El Club Vigo venció ayer con un contundente 3-0 a un Zaragoza que como los vigueses es un recién ascendido a la Superliga pero que había vencido en sus dos primeros compromisos. Un buen partido de los locales, y en general un choque con espectáculo.
Para el equipo de Flavio Calafell a la tercera fue la vencida. Los vigueses habían perdido en la primera jornada ante Palma en Coia, pero les había escocido la derrota del pasado fin de semana en Sevilla. Ayer se resarcieron de esta amargura con un partido casi perfecto en el que dominaron sus nervios.
El primer set lo empezaron con algo de miedo los vigueses pero poco a poco se fueron arriba. El 23-23 provocaba que el que mejor aguantase la tensión se llevaría el set, y este cayó del lado azulón.
El segundo set fue mucho mas llevadero para los de Calafell. En la mitad del set ya doblaban a su adversario con un contundente 13-6. Se cerró con una ventaja de seis puntos en el único set cómodo del partido.
El tercero fue un calco del primero. Hasta el empate 25-25 no se sabía si el partido iba a terminar o tendría más que contar. Los grandes saques de Diego Mahía sirvieron para cerrar el set y sellar el primer triunfo vigués de la temporada.
Esta victoria servirá para calmar al conjunto vigués en su regreso a la élite. Este fin de semana, sin tiempo para saborear este primer éxito, deberán desplazarse a Soria donde se medirán a uno de los grandes e históricos de la competición. Esta cita servirá para comprobar si la mejoría viguesa ya es una realidad o una casualidad.