Han pasado ocho años y parece que no hemos avanzado nada. Si en la precampaña de las elecciones municipales del 2003 fueron Lois Pérez Castrillo y Xabier Toba quienes ocultaron y cerraron con siete llaves el PXOM impidiendo que las urnas hablasen con pleno conocimiento de causa en materia urbanística, el oscurantismo llega de nuevo al período electoral, esta vez de la mano de Abel Caballero y Carlos López Font. A los dos dirigentes socialistas les ha dado por esconder -en principio, hasta que pasen las elecciones- el nuevo plan económico financiero del recién inaugurado auditorio de la ciudad.
El documento se ha convertido en uno de los grandes misterios dentro del Concello y hasta los técnicos que tienen que dar su opinión sobre lo que el papel contiene tienen prohibido absolutamente el acceso al mismo.
¿Y qué puede ser tan malo como para esconder el documento mientras en cambio se saca brillo a la placa en la que Caballero conmemora el día después de la inauguración del edificio? En el Concello se tiene claro que el nuevo plan económico originará para las arcas municipales un notable descosido, porque habrá que compensar el descenso en la rentabilidad que el concesionario sufrirá por ver reducido el espacio comercial del complejo y haber desaparecido decenas de plazas de aparcamiento que figuraban en los dos sótanos que no se han construido y que sin embargo estaban dibujadas en el proyecto que fue objeto de concurso público.
La reducción en los ingresos previstos ha llevado al concesionario, según se sabe ya, a reclamar del Concello una indemnización y además la ampliación de la concesión, con lo que el bien municipal tardaría aún más en ser explotado directamente por el Ayuntamiento. Los que conocen el largo deambular del expediente del auditorio estiman que Sacyr y Nova Caixa Galicia podrían estar reclamando en su plan económico financiero alrededor de cinco millones de euros y entre 20 y 25 años de concesión más.
Y por eso quizás se esconda el papel, porque es la evidencia palmaria de que el auditorio se hizo al final con demasiadas prisas y recortes con tal de que pudiese estar inaugurado antes de las elecciones.