Regístrate gratis y recibe en tu correo las principales noticias del día

La Xunta destruyó una factoría romana alegando su mal estado

Jorge Lamas Dono
jorge lamas VIGO / LA VOZ

VIGO

Sobre sus restos se rehabilitó un edificio de lujo en la plaza de Compostela

03 may 2011 . Actualizado a las 13:44 h.

Se conocía el caso pero no había trascendido ninguna imagen del yacimiento hasta que, la pasada semana, Jaime Garrido presentaba su libro El origen de Vigo, donde incluía la fotografía que ilustra esta información. En ella, se pueden ver los restos de una fábrica de salazón de pescado de época romana, ubicada en el número 2-3 de la Plaza de Compostela.

Hace tres años, la Dirección Xeral de Patrimonio autorizaba el desmonte de los restos que, como casi siempre, han ido a parar a un almacén. Decía la Xunta entonces que los restos estaban muy deteriorados; que estaban cortados por muros de edificaciones del siglo XIX, que a penas tenían profundidad y que la cimentación estaba arrasada por lo que no valía la pena conservarlos in situ.

Nuevamente pierde el patrimonio en sus fricciones con el sector inmobiliario. La desaparición de los restos arqueológicos permitió que se concluyera un proyecto de rehabilitación de un lujoso edificio, muy próximo a la central de Correos.

La fotografía da una idea del espléndido yacimiento, ya que acumulaba en este solar once piletas de salazón de pescado, alguna más que las incluidas en el otro yacimiento salazonero encontrado en la calle Marqués de Valladares.

La Dirección Xeral de Patrimonio resolvió este expediente con el desmonte de las ruinas en un contexto diferente al actual. En aquel momento, se acababa de firmar un convenio de colaboración entre el Concello de Vigo y la Xunta para musealizar la factoría de salazón romana de Marqués de Valladares, mucho mejor conservada que esta de la Plaza de Compostela.

El problema es que aquel convenio es de difícil cumplimiento debido a problemas urbanísticos. De hecho, cinco años después de su firma, la situación no ha cambiado nada y los restos arqueológicos duermen bajo tierra.