Los jardines de la Fundación Sales son la fuente de inspiración para los alumnos de esta disciplina zen
18 ago 2011 . Actualizado a las 12:56 h.Lo practicaban los samuráis en Japón en el siglo XVIII, y ahora llega a Vigo un arte floral que busca la relación de la persona con el universo: el ikebana.
Basándose en la observación de los volúmenes, las líneas, curvas, colores y texturas, el material se dispone de forma asimétrica y tridimensional en torno a tres focos fundamentales: el cielo, la persona y la tierra o muerte. Mediante la técnica de la flor cortada, el ikebana busca la armonía mediante el diálogo con las flores.
Aunque comenzó su camino en esta disciplina zen en Madrid, Teresa Cid no conseguía sintonizar con el paisaje que allí se le ofrecía. Es por eso que decidió trasladarse a Vigo y hace tres meses puso en marcha la primera escuela gallega de ikebana en la ciudad.
Y ¿qué mejor lugar para recrearse que los jardines de la Fundación Sales? «Antes de comenzar las clases siempre paseamos por los jardines de la fundación porque la visión de la naturaleza actúa como fuente de inspiración de nuestro proceso creativo», explica la promotora.
Puesto que cada estación tiene su vegetación característica, «los alumnos nunca caen en el aburrimiento, ya que siempre se trabajan materiales distintos, la variedad botánica que posee Galicia es un privilegio y la naturaleza gallega es un tesoro para esta técnica», dice Cid, que logró el título de maestra en la disciplina.
Esta experta ha dedicado 30 años de su vida a la búsqueda de su «yo interior» a través del ikebana. Lo que comenzó como una actividad para pasar el tiempo, acabó convirtiéndose en su gran pasión. Hoy en día es una de las pocas personas que imparten clases de ikebana en España y la única en Galicia.
Cualquiera puede practicar este arte milenario, ya que no requiere ninguna destreza particular, «solo la tijera y el material, aunque también un poco de paciencia, atención y concentración en el proceso creativo que realicemos». Todos los apasionados de las flores que quieran experimentar la paz del zen solo tienen que reservar su plaza en la Fundación Sales. Las clases se imparten los martes, de 17.30 a 19.30 horas, y los sábados, de 10.30 a 12.30, durante todo el año.
«La naturaleza gallega es un tesoro para esta técnica», dice la maestra Teresa Cid