La teniente de alcalde, Carmela Silva, firmó, cuando no era concejala, una solicitud para que el Concello de Vigo aplicase la Ley de la Memoria Histórica y retirase del Castro «a chamada Cruz dos Caídos». No es la única firmante del escrito que forma parte del gobierno de Abel Caballero, principal defensor de que el símbolo continúe en el mismo lugar. El concejal Santos Héctor Rodríguez también rubricó el escrito, igual que varios concejales del BNG, que formaron parte del gobierno municipal en el anterior mandato.
Mientras Carmela Silva y Santos Héctor apoyaron la retirada, Abel Caballero se niega sistemáticamente a eliminar el símbolo, e incluso a contestar las demandas realizadas desde la Asociación Viguesa pola Memoria do 36.
El continuado mutismo del alcalde ha llevado a la asociación, que fue reconocida hace unos años con el título de Vigués Distinguido, a presentar una demanda de protección de los derechos fundamentales de la persona ante el juzgado de los Contencioso-Administrativo. «Se está a pedir ao xulgado que protexa e defenda o dereito fundamental de petición e que se obrigue ao Concello, non só a responder senón tamén a actuar, que se faga cumprir a lei e se faga o necesario para retirar a cruz», señaló ayer Guillermo Presas, abogado de la asociación viguesa.
Por su parte, Telmo Comesaña, presidente de la asociación, insistió en que su objetivo «non é tirar cruces, nós pelexamos contra a utilización da cruz como homenaxe ao fascismo».
Folletos explicativos
Entre las accciones que llevarán a cabo próximamente está el reparto de un folleto entre la ciudadanía en el que se explica el significado del símbolo. En cinco idiomas, ya que también quieren entregarlo a los cruceristas, recuerdan que la cruz se erigió para conmemorar a los muertos «na chamada Cruzada de Liberación».