80 años de la parábola de San Agustín

Proyectado en 1932 por los arquitectos municipales Santiago Rey Pedreira y Antonio Tenreiro e inaugurado recién terminada la guerra civil, en 1940, el mercado levantado sobre el antiguo convento de los monjes agustinos cumple 80 años en buen estado de conservación y buscando nuevos usos

11 jun 2020 . Actualizado a las 21:24 h.
El 10 de junio de 1931 se firma el acuerdo para encargar el proyecto a Rey Pedreira y Tenreiro, dos de los protagonistas de la primera modernidad arquitectónica de Galicia. El nuevo edificio se levantaría en la conocida como plaza del mercado, un espacio público surgido de la desamortización de los bienes del convento de los agustinos, que le darían el nombre, y compuesto entonces por una sucesión de tenderetes de madera con cubierta de teja.
El mercado mantuvo hasta la actualidad la función para la que fue creado, descontando un breve período durante la Guerra Civil, antes de la inauguración, en el que sirvió de refugio de las tropas de Franco que no encontraban acomodo en el desbordado cuartel de Atocha.
A imagen y semejanza del Mercado Central de Reims, una arriesgada lámina parabólica de hormigón armado de 24,5 metros de luz, calculada por el ingeniero Eduardo Torroja, cubre el gran espacio interior. La estructura de apoyos permitió abrir bandas de vidrio y frentes acristalados que aportan una luminosidad excepcional.
Originalmente, los puestos del pescado se encontraban en la tribuna superior que discurre por el perímetro del edificio. Desde hace varios años, la única actividad estable en el primer piso tiene lugar los martes y consiste en un mercado ecológico de productos de huerta sostenido por agricultores de la comarca.
La planta superior ha acogido en los últimos años diversas iniciativas, casi siempre efímeras y en fin de semana, relacionadas con la moda, la hostelería, restauración, arte y creadores locales.
El 15 de septiembre de 1958 abría en el sótano del mercado el primer supermercado de Galicia. «La implantación por la Comisaría de Abastecimientos del supermercado significa un notable ahorro en los presupuestos familiares gracias al sistema directo de autoservicio», recogía el NO-DO a propósito de la visita del dictador para inaugurar el nuevo local.