La Voz de Galicia

Vilagarcía no puede vivir sin el agua aunque no haya mangueras

Al Sol

s. gonzález

Miles de personas se reencontraron con una fiesta que ni la lluvia frenó

17 Aug 2022. Actualizado a las 12:15 h.

Aunque pueda resultar paradójico, el agua no es la mejor amiga de la Festa da Auga. No cuando cae desde el cielo en un momento en lo que se espera es que, tras un verano de calor insufrible, los celebrantes puedan buscar el sol en las esquinas para secarse tranquilamente mientras la celebración de San Roque discurre hacia otros derroteros. Llovió bastante en Vilagarcía de madrugada, lo que espantó hasta cierto punto a las mareas de chavales y no tan chavales que hacen de la del 15 de agosto una noche sin final. Pero la cosa tampoco estuvo mal. Después de dos años en seco, el santo del perro y la peste recibió el cariño de los vilagarcianos, que jamás fallan a la procesión que lo conduce hasta su capilla mientras suena el pasodoble Triunfo, a los mandos de la banda municipal de música, y los integrantes de Os Ingleses, el equipo de rugbi, lo protege de cualquier desmán.

En esta ocasión, el Concello arousano decidió hacer un viaje en el tiempo para que la fiesta regresase a sus orígenes, que se hunden en un verano de comienzos de los 80. Nada de mangueras ni de bomberos en un contexto de sequía que hacía inviable una celebración a la antigua usanza. Aunque habrá que esperar a que se hagan públicos los datos sobre el consumo del líquido elemento, los cálculos indican que la Festa da Auga, en este formato añejo, habrá evitado el gasto de un volumen de agua que oscila entre el medio millón y los ochocientos mil litros. Dos piscinas semiolímpicas, con sus largos de 25 metros, más o menos, lo que no tampoco está nada mal.

Asistentes a la Festa da Auga.ADRIÁN BAÚLDE

Pese a las restricciones, a la gente se le notó las ganas de fiesta. Los trenes de la tarde anterior viajaron desde A Coruña y Vigo, vía Santiago y Pontevedra, con las plazas agotadas. Y a pie de calle podían escucharse acentos procedentes de cualquier punto de la piel de toro. No hubo tanto personal como en los mejores momentos de esta fenomenal parranda, pero las calles lucieron igualmente repletas de gente desde la noche a la mañana. No faltaron algunos problemas, aunque tampoco deslucieron el regreso hídrico. Un tipo, que conducía a toda velocidad y se internó en una calle peatonal, quiso denunciar que había sido víctima de una agresión colectiva y acabó detenido, después de ponerse gallito con los agentes de la Policía Local. Ya a mediodía, con la fiesta anunciando sus estertores, un taxista fue sorprendido en un intento de escaqueo por pistas recónditas mientras hacía un servicio y sextuplicaba la tasa de alcoholemia. Otro sujeto fue detenido tras propinar una bofetada a su pareja después de una fuerte discusión.

El objetivo principal es acabar mojado de los pies a la cabeza.Gustavo de la Paz | EUROPAPRESS

Más allá de esta serie de incidentes y de una veintena de alcoholemias, la parranda discurrió con relativa tranquilidad. En la zona TIR, la más concurrida de la noche vilagarciana, los chavales acudieron a la llamada de un dj que los hizo bailar en su explanada exterior hasta eso de las once y media de la mañana. El pincha acabó ofreciéndoles el Sufre Mamón de los Hombres G, que, pese al tiempo transcurrido desde su acuñación, fue coreado como si acabase de salir del cerebelo de un C Tangana al uso mientras los más veteranos no daban crédito.

Poco después, el santo iniciaba su recorrido hacia la capilla de San Roque y quienes seguían en el centro, en la denominada zona húmeda, afinaban sus pistolas, sus calderos y sus botellas de agua para regar a sus compinches en ausencia de bomberos.

No faltó Freddie Mercury

Una treintena de barras exteriores, impulsadas por el sonido de los altavoces, la célebre Duendeneta y el legendario Freddie Mercury local, un hombre que unos días antes de la Festa da Auga se corta el pelo, se rasura el bigotillo a la altura del mito de Queen y hace las delicias de todos, daban vida a la hostelería. En San Roque, el pistoletazo de salida recayó en este regreso después de la pandemia en Sara Gómez, jugadora de baloncesto que supo aprovechar la ocasión de su pregón para reivindicar el deporte femenino. A partir de ahí, el desparrame contenido que caracterizó a esta edición del 2022. En la calle, las cuadrillas se jugaban las cervezas al primer toque, pasándoselas con el saber hacer del mejor drink team.

Freddie Mercury revive en la figura de un arousano que anima la fiesta.ADRIÁN BAÚLDE

A eso de las tres y pico de la tarde, tocaba recoger para que los servicios de limpieza hiciesen su trabajo y el santo pudiese retornar sin problema alguno al templo parroquial. La estación de ferrocarril rugía con los viajeros que buscaban la forma de regresar a casa después de esta fenomenal mojadura. Y lo que pasa en Vilagarcía se queda en Vilagarcía. Nadie mejor que Rosendo para resumir de qué va todo esto. Mil rostros deshechos de satisfacción en el tren azul que cantó con Leño. Ni más, ni menos.


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