Carta de despedida del hasta ahora obispo de Mondoñedo
A Mariña
07 May 2015. Actualizado a las 05:00 h.
Queridos diocesanos:
El Papa Francisco me ha nombrado hoy Obispo de Santander. Quiero expresar desde este momento mis sentimientos de profunda gratitud al Santo Padre por la confianza depositada en mi humilde persona, a la vez que manifiesto mi fraterna adhesión y fidelidad al Sucesor de Pedro. También le ofrezco mi oración.
Siento pena al tener que dejar esta hermosa tierra del noroeste de Galicia, a la que he tratado de conocer y amar con pasión. Desde que fui ordenado obispo el 23 de julio de 2005 hasta hoy, he compartido con vosotros gozos y tristezas; oración, trabajos apostólicos, reflexión y planes pastorales. Me costó venir hasta aquí desde mi tierra de Palencia y ahora me cuesta dejaros, porque os he conocido y os amo. En este momento del adiós siento la necesidad de dar gracias a Dios por vosotros, que me habéis acogido y querido, desde el primer momento de mi presencia entre vosotros.
Nuestro pueblo que está atravesando una grave crisis económica, pero sobre todo moral y espiritual. Aunque son innegables algunos signos de recuperación, todavía no afecta a las capas sociales más desfavorecidas, especialmente a los jóvenes que no encuentran trabajo.
Doy gracias a Dios por el regalo de la entrega de los sacerdotes, especialmente de los mayores, principales e insustituibles colaboradores del Obispo. Hago especial mención de los que me han ayudado más de cerca en las tareas del gobierno pastoral de la Diócesis. Para todos, mi agradecimiento sincero. Agradezco también la respuesta generosa a la vocación al sacerdocio de nuestros seminaristas mayores y menores. Rezad mucho y trabajad sin desfallecer por las vocaciones al sacerdocio.
Doy gracias a Dios por vosotros, los consagrados, especialmente en este Año dedicado a la Vida Consagrada por el Papa Francisco. El os quiere alegres, con audacia de profetas, llamados a vivir la espiritualidad de comunión y en camino hacia las periferias existenciales. Celebrando el 5º centenario del nacimiento de Santa Teresa de Jesús, se nos invita a recorrer los caminos de la oración, de la fraternidad y de la alegría. A los tiempos recios que vivimos hemos de responder siendo amigos fuertes de Dios.
Agradezco de corazón la vida y misión de los seglares. Sois la Iglesia en el corazón del mundo. La celebración de nuestro Congreso de laicos ha sido sin duda un momento de gracia para tomar conciencia de vuestra identidad y misión en la Iglesia y en el mundo.
En este momento de la despedida siento también la necesidad de pedir perdón y disculpas, porque en mis casi diez años de servicio como Obispo vuestro a algunos he podido ofender y sin duda habré defraudado a otros. Os pido perdón sinceramente y, a la vez, ofrezco mi perdón sincero a los que han podido ofenderme.
Ahora me encamino, guiado por el Señor que es mi Pastor, a la diócesis de Santander. Voy a esa querida tierra en el nombre del Señor, fiado en su Palabra y con el deseo de poder servir a sus gentes y ofrecer a mis nuevos hermanos la alegría del Evangelio, como quiere el Papa Francisco.
Finalmente, os exhorto encarecidamente a que os mantengáis unidos a Cristo y entre vosotros en la comunión de la Iglesia. Desde ahora oremos confiadamente al Señor para que envíe pronto a nuestra Diócesis de Mondoñedo-Ferrol un nuevo Pastor y Obispo según el corazón de Dios.
Pongo todos estos sentimientos e intenciones en las manos de la Virgen de los Remedios, nuestra patrona e imploro la intercesión de nuestro patrono San Rosendo.
Recibid mi afecto, mi agradecimiento y mi bendición.
Manuel Sánchez Monge, hasta ayer obispo de la diócesis de Mondoñedo-Ferrol.