El último cambio urbanístico facilita a Alcoa continuar su desarrollo en Cervo

Tras años sin definir cómo se debería plantear el cambio y casi un lustro superando las diferentes fases de la tramitación final, la Xunta dio luz verde de forma definitiva a la modificación puntual de las Normas Subsidiarias (NN.SS.) de Cervo en una superficie de 116 hectáreas de terreno, que es el suelo que ocupa el complejo industrial de Alcoa en el término municipal. La modificación permite la calificación del suelo como urbano consolidado y recoge las figuras territoriales que en su momento dieron lugar al complejo adaptándolas a la normativa actual.

Desde la Consellería de Ordenación do Territorio insistían ayer en que la modificación corrige una situación «de facto motivada pola aprobación en 1978 das NN.SS., sen recoller a factoría iniciada no ano 1976». Tras un encuentro con la secretaria xeral de Urbanismo, Encarnación Rivas, y la delegada territorial de la Xunta, Raquel Arias, el alcalde cervense, Alfonso Villares, destacaba las ventajas del cambio, ya que el suelo «que estaba case como solo rústico, era un impedimento para o desenvolvemento industrial que pode xurdir dende Alcoa». Reconoció que hubo normativas posteriores a la construcción del complejo que ampararon su actividad, pero solo este paso resuelve de lleno la adaptación y ampara la instalación del gasoducto. La modificación solo afecta a la superficie del complejo, sin extenderse por el espacio de expansión del cinturón industrial. En el caso de Xove, el suelo ya tenía calificación de urbano incluso en las normas subsidiarias que rigieron el desarrollo urbanístico antes de que el PXOM se aprobara definitivamente en el 2012, según confirmó el regidor, Demetrio Salgueiro.