La Voz de Galicia

Dos mariñanos lideraron en Cuba y Argentina la lucha antiforal

A Mariña

martín fernández

19 Jul 2020. Actualizado a las 05:00 h.

Ni el mito del Apóstol, ni el feudalismo, ni la revolta irmandiña ni siquiera la emigración. El fenómeno histórico que singulariza a Galicia en el Estado es el Agrarismo. La lucha emprendida a principios del pasado siglo para liberarse de los foros, del atraso y la opresión. Los emigrantes la respaldaron y dos mariñanos, Narciso Rocha García, de San Miguel y Reinante, y Genaro L. Osorio, de Ribadeo, presidieron en La Habana y Buenos Aires sendos Comités Antiforales. Los unía lo sustancial y los separaba lo accesorio: el ribadense era republicano y Rocha, moderado y reformista.

Compartían el rumbo cierto. Pero orientaban sus velas de un modo diferente. El 30 de enero de 1910, el Comité Redencionista de La Habana ?que presidía Rocha y formaban Romualdo Negreira, Antonio Novo, Enrique Saavedra, J. Vicente Martínez y José Abelenda- remitió a las Cortes Españolas un manifiesto y una petición. El primero decía que “de todos los males de Galicia, ninguno tan funesto ni de tan graves daños como la anacrónica subsistencia del foro que impide desarrollar la riqueza agrícola, mantiene el caciquismo y condena al labrador a la emigración o al hambre”. La segunda demandaba “promulgar una ley de redención forzosa de foros y demás cargas perpetuas que gravan la propiedad” y “que se oiga a los agricultores del Noroeste representados por el Directorio Antiforal de Teis (Vigo)”.

 

Primo de Rivera

Unos años antes, en 1907, en Galicia se creara, con gran respaldo social, Solidaridad Gallega, una alianza de carlistas, regionalistas y republicanos que buscaba romper el turnismo de conservadores y liberales en la Restauración Borbónica y liberar de ataduras al agro. Y en 1909, el Directorio de Teis envió a La Habana a su delegado, Emilio Rodal, para conseguir el respaldo de los emigrantes a la lucha antiforal.

En principio, el Centro Gallego la apoyó y financió. Pero pronto sus dirigentes ?próximos a dueños de tierras y foros- dieron marcha atrás. Y fue entonces cuando Rocha ?que presidía Hijos de San Miguel y Reinante- ocupó ese vacío, lideró a sociedades locales y comarcales y presidió el Comité Redencionista que se mantuvo fiel al líder agrario y cura de Beiro, Basilio Álvarez, fundador de Acción Gallega, una formación laica y reformista que galvanizó la agitación anticaciquil y antiforal en el rural gallego hasta 1923.

Ese año fue un punto de inflexión. De un lado, los antiforalistas de Buenos Aires se acercaron al socialismo y al nacionalismo. Y, de otro, el cura de Beiro, el Comité habanero y otras sociedades decidieron colaborar con Primo de Rivera. Confiaban en que acabaría con el caciquismo y atendería demandas agraristas. Y el Directorio Militar sí hizo lo segundo: promulgó la Ley de Redención de Foros en 1926. Rocha y los emigrantes iban por delante de su tiempo…

Posada, de Rinlo, y Maseda Villamil, de A Devesa, al frente del comité de sociedades de instrucción

La creación del Comité Redencionista de La Habana arraigó las tesis agraristas entre los gallegos de Cuba, hizo aumentar las publicaciones anticaciquiles e impulsó el nacimiento en 1910 del Comité Representativo de las Sociedades de Instrucción.

Este organismo agrupó, inicialmente, a las sociedades de instrucción del Centro de Benquerencia, Unión Rinlega, Hijos del Valle de Oro, Liga Santaballesa, Hijos de San Miguel y Reinante e Hijos de Vicedo; San Adrián, La Devesana, Unión Barcalesa y Aurora de las Somozas; Alianza de Villamarín; y Unión de Rubín (Pontevedra). En 1914 congregaba ya a 44 sociedades, en 1920 a 70 y diez años después a 84…

Su fin era fomentar y procurar la instrucción educativa en toda Galicia. Para ello asesoraba sobre la construcción y el sentido pedagógico de escuelas, recababa ayudas del Estado y tenía el proyecto de crear compañías anónimas que anticipasen a los campesinos gallegos el dinero preciso para arreglar o construir casas.

El Comité desapareció en 1936. Además de Rocha (que lo fundó), fue presidido por Manuel Posada, de Rinlo, y por José Maseda Villamil, de A Devesa. Este tuvo cinco hermanos (Francisco, José, María, Ramón y Jesús, cuatro emigrantes en Cuba) y no tuvo hijos.

Presidió el Comité y en su directiva tuvo a Narciso Rocha (vicepresidente), Luis López Cora (secretario), Juan Rubal Trigo (tesorero) y José Candales (vicetesorero).

El Comité fue un factor clave para que los emigrantes promoviesen 336 escuelas en Galicia y para que A Mariña lidere el ránking comarcal: 57 en el partido judicial de Viveiro, 23 en el Mondoñedo y 24 en el de Ribadeo…

 

martinfvizoso@gmail.com

Banquero, republicano, hacendado y albacea de Los Moreno

El agrarismo no fue uniforme. Lo hubo radical, católico, socialista, republicano, reformista, etc. Pero los emigrantes siempre lo apoyaron con sindicatos, ligas, sociedades agrarias, cooperativas, mutuas, escuelas, etc. que iban contra el último privilegio feudal -los foros- y contra el sistema caciquil de la Restauración.

En Buenos Aires, al contrario que en La Habana, sus iniciativas encontraron, desde el inicio, todo el apoyo de las élites emigrantes ilustradas.

En 1910 se creó la Liga Redencionista Gallega cuya comisión ejecutiva presidió el ribadense Genaro L. Osorio y en la que Rey Ruibal era vicepresidente, Julio Carballo, secretario, y, entre otros, Ares de Parga, Conde Salgado, Miranda Luaces (Mondoñedo), Cao Luaces (Cervo) y los periodistas Castro López y Lence, vocales.

Genaro L. Osorio empezó en la emigración como dependiente, se hizo abogado y fue uno de los jurisconsultos más respetados de Buenos Aires. En 1888 presidió la Sociedad Española de Socorros Mutuos, fue asesor del Banco Español del Río de la Plata, presidente del Club Español y fundador de la Liga Republicana Española en Buenos Aires que presidía el abogado naviego Rafael Calzada. Siempre mantuvo un compromiso con Galicia y en 1924 fue albacea testamentario de los hermanos Moreno Ulloa, de Ribadeo. Según el Boletín Oficial argentino del 4 de noviembre de 1907, era propietario de una finca en Neuquén de 18.750 hectáreas.

Bajo su presidencia, la Liga Redencionista mantuvo posiciones moderadas hasta la llegada de Primo de Rivera. Entonces, favoreció el cambio y tomaron el mando una generación de jóvenes, llegados a Buenos Aires entre 1905 y 1915, socializados en el movimiento obrero argentino y partidarios de soluciones radicales para resolver la cuestión agraria en Galicia, según estudió Núñez Seixas. Crearon la Federación de Sociedades Agrarias y Culturales (FSG) y desde ahí el Agrarismo se orientó o hacia el socialismo reformista, de impronta agrarista, o hacia el naciente nacionalismo gallego.


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