A Mariña estuvo sin luz 30 horas en una de las mayores nevadas del siglo XX
A Mariña
Hace 40 años, debido al fuerte viento, en un temporal que afectó a toda la provincia
07 Jan 2021. Actualizado a las 05:00 h.
Ahora parece que viene Filomena, para mostrarnos el verdadero rostro del invierno. Pero cuando hablamos de temporales crudos en la estación más fría del año, en A Mariña y resto de Galicia hay otros nombres que no se olvidarán jamás, y que más de un padre al que, sobre todo, le evoque malos recuerdos no pondría a sus hijos al nacer: Klaus y Hortensia. Hay que recordar que el primero, en enero de 2009, fue aún más virulento que el segundo, que se produjo en el año 1984. Las cifras lo dicen: 23.000 árboles arrancados de cuajo frente a 11.000 y una fuerza de 198 kilómetros por hora frente a 158. En el Klaus, que provocó una víctima mortal en A Mariña, un guardia de Tráfico, casi medio millón de hogares gallegos estuvieron en algún momento sin electricidad.
Con la confianza de que esa cara meteorológica tan cruda no vuelva o que al menos nos pille prevenidos, antes del Hortensia, en 1981, el 13 de enero La Voz de Galicia titulaba de este modo: «Se registró en Lugo una de las mayores nevadas del siglo». Según la noticia publicada hace 40 años, cayó tanta nieve como no se recordaba en el último tercio del XX, cerrando al tráfico cinco puertos de montaña y obligando al uso de cadenas en otros siete, según la Jefatura Provincial de Carreteras, dejando a niveles mínimos la circulación por las carreteras lucenses, de norte a sur prácticamente. Aunque en A Mariña en concreto, el principal efecto negativo de dicho temporal se produjo debido al intenso viento registrado en la costa, como indicaban aquellas crónicas.
A lo largo de la historia de la comarca, ha habido diversos apagones, aunque aquel martes 13 se destacó en estas mismas páginas que habían transcurrido casi treinta horas seguidas durante las que la comarca en pleno no tuvo luz: «Todas las localidades de A Mariña de Lugo permanecieron sin luz eléctrica desde las once de la noche del pasado sábado a las tres y media de la madrugada de ayer». «Según la compañía distribuidora este hecho fue debido a una avería detectada en la línea principal, entre el embalse de Doiras y Vegadeo, concretamente en las inmediaciones de la estación de Boal», explicaban.
Ya desde días antes, el 11 de enero, se avisaba de una fuerte marejada que obligó a amarrar a buena parte de la flota pesquera de Celeiro y Ribadeo en sus respectivos puertos.
Turistas sin salir, entierro cancelado y un novio que tardó ocho horas en llegar a su boda
Según las crónicas de aquellos días de enero de 1981, la nieve caía «en la mayoría de los puntos de la provincia situados por encima del nivel de los 600 metros», superando el metro de grosor en Os Ancares. Produjo multitud de incidencias. A los cortes de carreteras y a la falta de luz eléctrica horas y horas, hubo más episodios que añadir a la lista.
En el albergue de montaña del Club Ancares de Lugo quedaron bloqueados ocho turistas, dos lucenses y seis ferrolanos. Fue una de las muchas áreas de la provincia que sufrieron la incomunicación total. También hubo averías de teléfono, afectando, entre otras, al centro de Telefónica de Mondoñedo. La compañía señaló que 31 centrales dejaran de funcionar. En la red viaria, 150 servicios de transporte quedaron sin cubrir y más de 35 centros escolares, sin bus. A mayores, se contó que «en Negueira de Muñiz no pudo enterrarse el domingo un cadáver». Y en la capital de la provincia hubo que recurrir a la policía para el traslado urgente de una comadrona a un centro.
Manuel Fraga iba a casarse
Otra de las anécdotas la vivió en primera persona una pareja que no acertó mucho en la fecha del enlace. Era la víspera de un martes 13. Les pilló aquel temporal de nieve en Lugo. «Una boda que debía celebrarse ayer a las once de la mañana en Baamonde tuvo que ser retrasada hasta las siete de la tarde por no poder llegar antes el novio», se relató. Aunque no se trataba del político vilalbés (que al mes siguiente se enfrentaría a los golpistas, en el 23-F), coincide que el nombre del futuro esposo era Manuel Fraga. Necesitó ocho horas para ir de Ouza (Friol) a Baamonde y casarse con Remedios Campo.