Víctimas de las grabaciones en A Maruxaina, frustradas por la falta de avances en la investigación

Este viernes declararon en el Juzgado de Instrucción número 1 de Viveiro catorce mujeres, víctimas de las grabaciones que les hicieron sin su consentimiento en la fiesta de A Maruxaina, en San Cibrao (Cervo) en el verano del 2019, cuando orinaban en un callejón debido a la escasez de aseos públicos. Los vídeos fueron colgados en webs de contenido pornográfico, donde aún siguen a pesar del tiempo transcurrido.

Había esta mañana 18 mujeres citadas, pero cuatro no comparecieron. Relatando su experiencia, poco o nada relevante aportaron a lo ya sabido, a lo que ya habían declarado antes otras víctimas anteriormente. Al final, serán sobre un centenar las que pasen por el juzgado, porque la lista sigue creciendo. El 18 de julio lo harán otras veinte. Cada trámite es una cuenta más en un largo rosario de un procedimiento que está provocando gran frustración en las víctimas, ante la falta de avances y porque los autores de las grabaciones siguen libres.

Los hechos se remontan al verano del 2019 y se denunciaron un año después. El titular del Juzgado de Instrucción número 1 de Viveiro decretó el archivo de la causa por considerar que no se había acreditado suficientemente la comisión de un delito, ya que las mujeres estaban orinando en la vía pública y podían ser vistas por cualquiera que pasase por allí. El archivo fue recurrido y en noviembre del 2021 la Audiencia Provincial ordenaba al mismo juez continuar la investigación. En ello está, tomando declaración a las víctimas. Estas, por su parte, siguieron investigando por su cuenta y fruto de sus pesquisas supieron de otras webs con vídeos de parejas practicando sexo en la playa de San Cibrao durante A Maruxaina y en una romería asturiana. Ello dio lugar a una ampliación de la denuncia. El juzgado lo admitió y encargó a la Guardia Civil que hiciese un atestado.

Pero han pasado varios meses y nada se sabe del resultado, a pesar de que en esas nuevas grabaciones hay datos aparentemente muy relevantes y de peso para dar con los autores.

«En los vídeos que motivaron la ampliación de la denuncia se ven caras, se citan nombres e incluso se llega a decir todo o parte de un número de teléfono. Y creemos que son de la misma autoría porque coinciden en el formato y en los nombres tan desagradables que se dieron a los vídeos cuando se subieron a las páginas pornográficas», señalan desde el despacho Ego Legal Abogados, de Oviedo, que representa a una parte de las víctimas.

«Tanto ellas como nosotros -añaden- estamos convencidos de que con esta información se puede conocer a los autores de las grabaciones; ahora, que finalmente se conozcan y que estas personas acaben en el juzgado no lo podemos asegurar. Estamos poniendo todo de nuestra parte, tanto los abogados como sobre todo las víctimas para que se llegue al final. Pero ya se verá. La ampliación de la denuncia la presentamos el 15 de diciembre del 2021 y siete días después el juez acordó que la Guardia Civil confeccionase un atestado en base a los hechos denunciados del que no se sabe nada. El juez fue muy diligente, pero no se ha avanzado».

«Para las víctimas esta situación es muy frustrante, que aún sigamos en la fase de instrucción. Se van a tomar más declaraciones el 18 de julio y supongo que el juzgado tendrá que habilitar otro día», añadieron desde el despacho Ego Legal Abogados. Algunas de las mujeres citadas residen fuera de España, «y otras ya no quieren seguir».

Los letrados tampoco tienen constancia, de momento, del resultado de la comisión rogatoria enviada a Estados Unidos para investigar los servidores desde los que se publicaron las grabaciones. Resultado de toda esta situación es que, como los vídeos están alojados en servidores extranjeros, las autoridades españolas no tienen competencia para pedir que se retiren.

La exvicepresidenta Carmen Calvo, de visita este viernes en Viveiro, manifestó que la manera de prevenir sucesos como los ocurridos es «que los hombres nos escuchen, porque nosotras llevamos escuchando miles de años. Al incorporarnos a los espacios públicos, tenemos derecho a hacerlo a nuestra manera, y también a que las cosas cambien, que sean diferentes con arreglo a nosotras. No tenemos obligación de aceptar todas las reglas que están establecidas».