La Voz de Galicia

El corte en la N-642 evidencia las carencias históricas de infraestructuras en A Mariña

A Mariña

josé alonso ribadeo / la voz

La vía de alta capacidad Ferrol-San Cibrao y la autovía de Barreiros a San Cibrao, prometidas hace 20 años, son un sueño

25 Jan 2023. Actualizado a las 14:23 h.

Si algo ha dejado en evidencia el socavón abierto por el agua en la N-642 en Burela y el corte de la carretera de la costa es la deuda histórica en infraestructuras que las diferentes administraciones tienen con A Mariña lucense. Año tras año, los mariñanos escuchan un sinfín de promesas, de proyectos que nunca se cumplen, de reproches políticos, sin que se avance un metro en vías estratégicas que se proyectaron hace más de veinte años.

Que el norte de Galicia, una de las comarcas con mayor potencial (turístico, maderero, industrial con Alcoa, pesquero...) está desconectado es una realidad sonrojante, a la que nadie pone remedio. La desconexión, o cuando menos las enormes carencias alcanzan tanto a la carretera como a un desangelado ferrocarril.

El corredor, la vía de alta capacidad Ferrol-San Cibrao, se planteó hace dos décadas para compensar el trazado interior de la autovía del Cantábrico (A8), pero la Xunta, año tras año, ha ido incumpliendo plazos e inversiones. Solo se han inaugurado dos tramos: la variante de Ortigueira (que se abrió en el 2013) y el trecho Celeiro-San Cibrao (entre Area y Beltrán-Xove), abierto en el 2017. En dos décadas, apenas 16 kilómetros de los 80 proyectados. El VAC Costa Norte se consume entre trámites, tareas técnicas y administrativas, carente de un impulso político real. En las cuentas del 2023 de la Xunta, se asignan ocho millones.

En el otro extremo, con la autovía que debía conectar Barreiros con San Cibrao (A-74), dependiente del Gobierno central, las cosas no están mejor. Esta obra era la otra pata del compromiso adquirido hace veinte años para compensar que la A8 llegue a Barreiros y prosiga por Lourenzá y Mondoñedo, hacia el interior. Lo ocurrido es sabido: trámites, proyectos, anuncios... y ni un solo metro cuadrado de tierra movido. Son 33,5 kilómetros pendientes que los diferentes gobiernos estatales mantienen enterrados, sin dar un verdadero impulso a la obra. Frente a los argumentos y cruces de acusaciones y reproches del PP y PSOE (los dos partidos con responsabilidad de gobierno en el Estado), se impone la realidad: todo sigue pendiente.

En octubre del 2019, el Ministerio de Fomento anunciaba en el BOE la aprobación definitiva del expediente de información pública del tramo Foz-Barreiros de la A-74, con un presupuesto de licitación estimado en 241 millones de euros. Solo quedaba redactar el proyecto (donde se iban a minimizar las afecciones al entorno en el enlace de O Carme o el estudio de detalle de la tipología del enlace de Foz) y licitarlo. Sigue pendiente.

En enero del año pasado el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana (Mitma), publicaba en el BOE el anuncio por el que sometía a información pública el trazado de las obras de otro tramo, el Burela-Foz, con un presupuesto de 126,1 millones de euros. También sigue pendiente de licitar. Y con el tramo que discurrirá de Burela a San Cibrao, de 13,3 kilómetros, ocurre otro tanto de lo mismo. 

Solo dos millones en el 2023

La evidencia de la escasa voluntad de acometer esta obra se evidencia en las partidas de los presupuestos estatales del 2023, con la asignación de solo dos millones de euros para la A-74, para seguir con los estudios y proyectos previos a su construcción. Además, no se estipulan cantidades que permitan hacerse una mínima idea sobre los planes del Estado para las siguientes anualidades.


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