La Voz de Galicia

Pablo Rodríguez y Unai Emery, un binomio de éxito

A Mariña

IVÁN ROLLE VIVEIRO / LA VOZ

Se conocieron hace más de dos décadas en el Racing de Ferrol, se cruzaron en el Valencia, hicieron campeón al Villarreal y se reencontrarán en el Aston Villa

23 May 2023. Actualizado a las 19:07 h.

Justamente cuando el Racing de Ferrol ve más cerca que nunca en tres lustros regresar al fútbol profesional, se hizo oficial el reencuentro entre dos de los culpables de los mejores tiempos que muchos recuerdan en A Malata. Pablo Rodríguez (Viveiro, 1975) y Unai Emery (Hondarribia, 1971) forjaron una buena amistad y un binomio de éxito cuando compartieron la camiseta verde entre el 2000 y el 2002. Por entonces se formaban como técnicos y la pelota los cruzó en Valencia, volvieron a unirse para hacer campeón al Villarreal y ahora compartirán cuerpo técnico en el Aston Villa.

Para los ferrolanos, el viveirense ya tenía galones de héroe por transformar ante el Ceuta el penalti que los catapultó a Segunda cuando conoció al entrenador vasco. Juntos contribuyeron en su segunda campaña a alcanzar la mejor posición histórica del Racing desde 1971, un noveno puesto, y luego se separaron. Rodríguez se quedó en la ciudad departamental, donde aún viviría otro ascenso, y Emery se marchó al Leganés para cerrar su carrera apenas tres años más tarde en Lorca.

Emery y Pablo, durante su etapa como jugadores, en el 2003.JOSE PARDO

Mientras el canterano txuri urdin iniciaba su meteórica carrera en los banquillos, Pablo aún sacó partido de su buena zurda y entrega en las filas de Girona, Leganés, Lugo, Atlético Baleares, Compostela y As Pontes. En el club pontés comenzó a ejercer de secretario técnico antes de que Emilio Viqueira lo reclutase para el Xerez, que entonces competía en la división de plata. En Chapín, donde llegó a compatibilizar sus responsabilidades de director deportivo con las de segundo entrenador, apenas duró un año porque su excompañero en el Fabril Braulio Vázquez vino a buscarlo para ejercer de analista en el Valencia.

Precisamente ese verano, Emery cerraba un ciclo de cuatro años en Mestalla, los tres últimos como única alternativa real al Barcelona y el Madrid en LaLiga. Tras su efímero paso por el Spartak de Moscú, coleccionó triunfos en el Sevilla, el París Saint-Germain y el Arsenal, mientras su excompañero mariñano vivía luces y sombras al lado de Valverde, Djukic y Marcelino, entre otros.

A su llegada al Villarreal, en el 2020, Unai quiso rodearse de gente de su confianza y ofreció el cargo de analista técnico a su excompañero de Viveiro. En pocos meses, condujeron juntos a la entidad groguet a su primer título oficial, la Liga Europa, y al curso siguiente tutearon a todo un Liverpool en las semifinales de la Champions League.

El viveirense acabará el curso con Setién tras la marcha del vasco en noviembre

En una situación crítica en la Premier League, el Aston Villa pagó seis millones para llevarse a Unai Emery el pasado mes de noviembre. Sus resultados han devuelto lustre al club de Birmingham, que, a solo una jornada de terminar la competición, se sitúa en la séptima posición que le daría derecho a volver a competir en Europa por la Conference League.

Su éxito, además, ha dado plenos poderes a un estratega vasco que se rodeará de más trabajadores de su confianza el próximo curso. Uno de ellos será Pablo Rodríguez, que decidió quedarse en Villarreal y formar parte del cuerpo técnico de Quique Setién en un curso en el que todavía mantienen opciones de conseguir una plaza en la próxima Champions League. «Es un placer y un privilegio trabajar con un entrenador de esta envergadura», dijo de Emery.

En la nota en la que confirma su mudanza a Inglaterra, el Villa destaca los diez años de experiencia en la élite del viveirense, que también conquistó una Copa del Rey con el Valencia.

Además, «con efecto inmediato», refuerza el cuerpo técnico de Emery Alberto Benito, procedente del Betis. «Trabajará con Rob Mackenzie en un rol técnico global», apuntaron sobre un hombre que coincidió con el de Hondarribia en el PSG y el Arsenal.


Comentar