Fallece una de las residentes, de 96 años, en la casa alquilada que compartía con otros cuatro ancianos en A Pontenova

«Somos como unha familia», declaraba el viernes Demetrio Piñeiro Pernas, de 80 años, uno de los cinco ancianos (tres varones y dos mujeres) que compartían una casa en alquiler en Vilaoudriz, en A Pontenova, y que con varios familiares presentaron una denuncia por la inspección de la que fue objeto el inmueble por Servizos Sociais de la Xunta, sin permiso para acceder a una vivienda privada, y por hostigar y coaccionar a los residentes y a sus familias para que la abandonasen. Y esa familia perdió ayer a uno de sus miembros, a Damiana Méndez Cordas, la residente de más edad, 96 años, natural de Bretoña y que vivía en el inmueble desde hace siete u ocho años.

Su muerte, este lunes por la mañana, cuando se encontraba en su habitación en la casa de Vilaoudriz, provocó un profundo impacto y pesar en sus compañeros, pues Damiana era especialmente querida. Fue, también, una de las que más sufrió, con estrés, a raíz de la visita de los inspectores de Servizos Sociais, en abril del 2022, y las presiones para que abandonasen la vivienda, según consta en la denuncia. Hasta entonces gozaba de buena salud y una extraordinaria lucidez para su avanzada edad, más allá de una cierta sordera. Pero tras ingresar en el hospital por una infección de orina, ya no se recuperó plenamente y perdió facultades cognitivas.

El viernes pasado, con otros compañeros, fue llevada al juzgado de Mondoñedo para tomarle declaración en las diligencias abiertas por un caso relacionado con la vivienda comunitaria de Vilaoudriz, no con la casa donde residía ella con sus compañeros. Acudió en silla de ruedas, después de que se rechazase la petición de que le tomasen declaración en Vilaoudriz.

Damiana Méndez será enterrada este martes en Bretoña. El funeral comenzará a las cinco de la tarde.