La Voz de Galicia

Vicky Álvarez, Ribadense do Ano: «Ribadeo está lleno de vida, es un plan perfecto; tiene de todo, ¡y qué vistas!»

Ribadeo

y. garcia ribadeo \ la voz

Estuvo en la Cora que fundó su padre, trabajó en la farmacia familiar durante la pandemia, pertenece a la Asociación de Lucha Contra el Cáncer y es una entusiasta del carnaval local

17 Mar 2024. Actualizado a las 05:00 h.

Vicky Álvarez Lebredo recibirá el 28 de abril en una gala de Acisa la distinción Ribadense do Ano. La llamada de la presidenta del colectivo notificándole la elección, por su «amor» a Ribadeo e implicación en numerosas iniciativas locales, fue para ella una grata sorpresa. Así describe su reacción: «Mi cara fue de total asombro. Tengo que decir que aunque el principio estuve un poco plof, por la sorpresa, ahora estoy muy contenta y con mucho orgullo». «Realmente, _añade_ creo que cuando se hacen las cosas hay que hacerlas sin pensar en un reconocimiento o en conseguir algo a cambio. Esta es mi forma de ser. Nací así y moriré así». Ribadense de nacimiento, en el año 1958, es hija de asturiana y ribadense de adopción: «Mi padre vino con 11 meses y se volcó siempre por Ribadeo, en parte en el plano musical pues fue director de la Banda Municipal de Música, de la Coral Polifónica, de la Rondalla... Creo que un poco eso lo vivimos también mis hermanos y yo en casa». La noticia del reconocimento ha tenido cierta repercusión en su vida cotidiana: «Con el paso de los días cada vez me paran más por la calle y ahora con las redes sociales es... Estoy totalmente agradecida».

 Vicky Álvarez pertenece también a la Asociación de Lucha Contra el Cáncer: «Hace muchos años que colaboro con ella, pero hasta que me jubilé hace dos años en diciembre no podía dedicarme más por no tener tanta disponibilidad entonces. Es una labor muy graficante, la asociación tiene un equipo estupendo y unas ganas de trabajar inmensas. Además, Ribadeo responde excepcionalmente a toda cuanta iniciativa hace la asociación. Ribadeo es muy muy generoso». Aprovecha para anunciar que del 22 al 31 de este mes la AECC ribadense instalará su tradicional mercadillo en la calle Viejo Pancho (antigua droguería Pulpeiro).

«Reivindico la mascarita, por edad y generación, pero entiendo que los que vienen detrás no opinen lo mismo»

A mayores, es una entusiasta del carnaval local desde que era pequeña, tal y como recuerda: «Llevo desde niña disfrazándome sola, en grupos, con amigos... No tenía reparo en salir sola de mascarita y no pierdo ningún año, salvo por causa de fuerza mayor, de salir disfrazada. Reivindico la mascarita, por edad y generación, pero entiendo que los que vienen detrás no opinen lo mismo». «Lo mejor del carnaval _añade_ son las reuniones, pensar qué se va a hacer, los preparativos... Es donde mejor lo pasamos. Es lo bonito». Vicky Álvarez da en la clave, que es la socialización, el contacto con la gente y experimentar conexiones con otras personas más allá de un lazo de sangre pues, aunque la familia también es muy importante para ella, recalca que su círculo de amistades actual la nutren mucho: «Los amigos son un lujo y para mí, en esta etapa de la vida, son fundamentales».

Farmacia familiar

Además de la faceta de su vida más altruista y ligada al tiempo libre, otra forma de vincularse con los ribadenses fue a través de la farmacia que en 1951 fundaría su padre, Carlos Álvarez Fernández Cid, sumando siete décadas abierta. Vicky Álvarez trabajó en ella durante 43 años: «Empecé creo que con 21 años, aunque desde muy pequeñita estuve con él, ayudándole, aprendiendo el orden estrictamente alfabético, etc. Empecé como auxiliar de confianza y más tarde, por la enfermedad y posterior muerte de mi padre, me quedé en un puesto de mayor relevancia, hasta que mi hermana se licenció en Farmacia, quedando yo de jefa de personal, compras, gestions...». Y está la parte que citamos de la socialización: «Mis años de mostrador fueron muy fructíferos y la relación con los clientes me enriqueció personalmente, fue un continuo... Con mi trabajo disfruté muchísimo». Se cumplen ahora mismo 4 años del inicio del confinamiento por la pandemia, que ella, trabajando en la farmacia, vivió muy de cerca: «Me tocó y fue tremendo para todo el mundo. Éramos ocho personas trabajando e hicimos turnos de cuatro por la mañana y cuatro por la tarde, sin mezclarnos, yendo vestidas de casa y antes de entrar en la misma sacar todo, enrollarlo y meterlo en la lavadora. Tuvimos mucha precaucción y no cogimos el covid en la época dura. Nos dicen antes, en diciembre de 2019 cuando veíamos tan lejos aquel caso de Wuhan, que cuatro meses después íbamos a estar cerrados y que la pandemia se iba a llevar mucha gente por delante, que hasta pensaríamos que era una película de ciencia ficción. Ahora, sin embargo, pienso que todo es posible. Me lo creo». «Estoy orgullosísima de que vamos ya por la tercera generación pues dos nietas de mi padre, María y Rita, siguen con la tradición familiar. Mi hija María es farmacéutica en Madrid y mi sobrina Rita, hija de Carmen, está en la farmacia familiar», finaliza.

Como su padre fue también director de la Coral Polifónica de Ribadeo, su gran afición musical pasó a los hijos, a Vicky también, cantando en ella durante al menos diez años, aunque «la heredera más profesional y que siguió con ese ímpetu en la música fue Carmen, mi hermana», apostilla.

CEDIDA

«Todos los días mi rincón favorito es la ría de Ribadeo»

A Vicky Álvarez se le cae la baba literalmente hablando de Ribadeo: «Es una villa llena de vida. El plan perfecto para las compras y el ocio. Creo que es acogedora y que tiene absolutamente de todo: comercios, restaurantes, paseos estupendos, la maravillosa ruta indiana, pasear por San Roque, la cantidad de terrazas que hay, la Torre de los Moreno que es admirable, los atardeceres en la ría de Ribadeo que para mí son una delicia y que en verano está llena de veleros». En particular, señala este último como uno de sus rincones favoritos en la localidad que la vio nacer y crecer: Me gusta todo rincón que dé a la ría. Ahora la estoy mirando y es siempre distinta: en marea baja, en marea alta, encalló un buque, enteó un carguero, está picadito el mar porque hay nordeste, en el cielo aparecen nubes negras, el arcoiris ayer... Todos los días es mi rincón favorito». Pasó de vivir en un piso en el centro ribadense a una casa con unas vistas sin igual: «Esta casita me dio la vida en la jubilación porque la disfruto mucho». «La ilusión y las ganas siguen estando en mi e invito a cualquiera a venir a Ribadeo», sugiere la Ribadense do Ano.

 


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