Los buzos de la Armada y la Policía Nacional no hallan la sonda del siglo XVI descubierta semanas atrás en la ría ribadense

Un equipo de buceadores de la Armada y del Grupo de Actividades Subacuáticas de la Policía Nacional adscrito a la Policía Autonómica trató este miércoles de localizar en la ría de Ribadeo el escandallo (una sonda que se usaba para medir la profundidad y el tipo de fondo marino) descubierto semanas atrás por miembros del Proyecto Argos (iniciativa dedicada al estudio, difusión y valorización del patrimonio cultural marítimo de la ría de Ribadeo). Los buceadores se sumergieron en la zona del fondeadero histórico de la ría, un área protegida y de alta potencialidad arqueológica, donde abundan restos de cerámica y lastre de embarcaciones, en el punto donde debería encontrarse el escandallo, pero hallaron otras piezas, que extrajeron, pero no ésta en concreto. Llegados a este punto se barajan tres hipótesis, el expolio, que el escandallo hubieses sido movido de sitio por las corrientes o que haya sido tapado con arena.

Uno de los buceadores que lo descubrió manifestó que entonces se encontraba a la vista y se declaró sorprendido porque no haya sido localizado ahora, temiendo que pudiese haber sido robado.

La intervención de ayer de buceadores de la Armada y de la Policía Nacional fue coordinada por el Servizo de Arqueoloxía de la Dirección Xeral de Patrimonio Cultural y su objetivo era «proceder á extracción dunha peza de interese arqueolóxico no porto de Ribadeo, concretamente un escandallo». Los buceadores concluyeron la operación sin éxito. Queda por ver si la Xunta intentará que se localice de nuevo en otra futura inmersión, para la que en todo caso y de momento no hay fecha.

Los buceadores del proyecto Argos informaron del hallazgo del escandallo a la Dirección Xeral de Patrimonio y se hizo público a finales de octubre, advirtiendo ya entonces de que como se encontraba a la vista había un riesgo potencial de expolio.

En un primer análisis visual se estimó que el escandallo podría ser de los siglos XVI ó XVII. Se trata de una pieza cónica, probablemente de plomo, un escandallo de mano para su uso en aguas poco profundas y con un peso estimado inferior a cinco kilogramos.