Una banda organizada irrumpe en plena Navidad robando en negocios y casas con gente durmiendo
Trabada
La lista de víctimas no deja de crecer, y ya se cuentan en Ribadeo, Foz, Lourenzá, Trabada, San Tirso, Riotorto, Bretoña o El Franco: «Lo peor es la sensación de inseguridad»
28 Dec 2024. Actualizado a las 10:34 h.
En plenas fiestas navideñas una banda itinerante de ladrones ha actuado en A Mariña y el Occidente de Asturias, robando en las madrugadas del 23 al 24 y del 25 al 26 dejando una la lista de damnificados que ayer no paraba de crecer. Los hay en Ribadeo, Foz, Lourenzá, Trabada, San Tirso, La Caridad, Riotorto, Bretoña, A Pontenova... El número definitivo de víctimas aún está por ver, porque en los cuarteles de A Mariña se seguían registrando ayer las denuncias. Por buscar un aspecto positivo hay que decir que en principio no se tenía noticia de que aunque varios robos se perpetraron en negocios situados en los bajos de casas en donde residen los propietarios, estos no llegaron a enterarse de lo que ocurría, con lo que no sorprendieron a los ladrones y se evitaron posibles situaciones de violencia. Este dato deja entrever que se trata de delincuentes con experiencia y pericia, que actuaron con sigilo.
En la noche del 23 al 24 la banda robó en Trabada. Entró en una librería y en el mesón situado en la travesía. Al parecer, los ladrones accedieron a los establecimientos forzando las cerraduras de las puertas con un taladro. Por las cámaras de vigilancia que hay en el concello se pudo comprobar que se trataría de al menos entre tres y cuatro personas que utilizaron un coche que había sido robado en Ourense.
También se atribuye a esta banda robos en una librería de Riotorto, en cuya planta superior residen los dueños, y en otro negocio de Bretoña. Además, habrían intentado acceder a otro en A Pontenova, sin lograrlo.
En la madrugada del 25 al 26 volvieron a actuar. De estas últimas horas al menos hay constancia de que se hicieron con un coche en Foz, que ya fue localizado, y con dos en Ribadeo. Uno de ellos se encontraba aparcado en la céntrica avenida de Galicia, al que se subieron yendo en dirección a la avenida Rosalía de Castro, donde lo abandonaron a la altura de la estación de autobuses para coger otro que de momento no ha sido encontrado.
Otras víctimas de esta banda fueron un taller mecánico en Lourenzá y el café-bar Baos en Santo Tomé (Lourenzá). En este caso los ladrones accedieron a la terraza forzando una puerta. No pasaron de aquí, explicó el propietario, probablemente al darse cuenta de que en el bar había cámaras de seguridad y sistema de alarma: «Non chegaron a levar algo. Nós vivimos no primeiro piso e non nos enteramos de nada. Pénsase que son como mínimo tres, polas pisadas que deixaron na terraza», explicaron desde el bar Baos.
En la madrugada del 25 al 26 entraron además en la farmacia de San Tirso de Abres y en unos apartamentos turísticos de este concello asturiano limítrofe con Trabada. Y tras dejar pasar el día de Navidad, los ladrones volvieron a actuar en el concello trabadense. Entraron en el bar A Curuxeira, en Ría de Abres, al pie de la carretera nacional. En este caso los ladrones accedieron forzando el bombín de la cerradura de la puerta principal. Se llevaron dinero que había para el cambio, un teléfono móvil y botellas de whisky (curiosamente dejaron de alta gama, de Cardhu), entre otros artículos. Revolvieron todo, pero actuando con sigilo, sin llegar a llevarse la caja registradora, quizás por temor a ser descubiertos pues los propietarios residen en la casa, aunque no se enteraron del robo hasta que abrieron el establecimiento horas después. Anoche aún estaban pendientes de presentar la denuncia pero en una primera valoración de las pérdidas se estima que podrían rondar los dos mil euros.
Otro lugar donde los ladrones actuaron fue en una gasolinera de La Caridad, en el Occidente astur.
«Lo peor es la sensación de inseguridad, que entren en tu casa cuando estás durmiendo»
Una de las víctimas de los robos de los últimos días en A Mariña y el Occidente asturiano a pesar de las perdidas sufridas reconocía cierta sensación de alivio por el hecho de haber evitado encontrarse con los ladrones, pues vive en la misma casa en la que tiene el negocio.
Desde el anonimato, manifestaba: «Lo peor es el disgusto y la sensación de inseguridad, porque estás en tu casa durmiendo y que haya gente dentro robando en el bajo mete miedo. A eso no hay derecho. Entraron dentro e hicieron lo que quisieron, aquí, en un sitio con mucho tránsito. Ahora tocará pelear con los seguros y, total, para que los dejen libres si los cogen porque se llevaron poca cosa».