Hallan el chifle del contramaestre de la fragata Magdalena, que se hundió en Viveiro muriendo 500 personas
Viveiro
La campaña arqueológica también ha conseguido encontrar diez metros más de pecio en la zona sur
10 Sep 2024. Actualizado a las 22:21 h.
Explica Antón López, arqueólogo de la Federación Española de Actividades Subacuáticas (Fedas), que en la fatídica noche del 2 al 3 de noviembre del 1810, una galerna sorprendió en la ría de Viveiro a la conocida como la Expedición Cántabra, una escuadra hispano-británica que realizaba sus reparaciones al abrigo del estuario. La violencia de la tempestad y la falta de anclas mayores de la fragata Magdalena, que se habían perdido días antes en Santoña a raíz de una tormenta, presagiaban lo peor. Y mientras más de 500 marinos e infantes de marina embarcados luchaban contra los elementos, sonaba el chifle del contramaestre, que les transmitía las órdenes e imponía disciplina, al menos antes de que el mar se tragara el barco y a su dotación, en una de las mayores catástrofes marítimas de España. Más de dos siglos después, ese silbato ha aparecido en el marco de una nueva campaña arqueológica de estudio del pecio, según explican los promotores de la investigación en un comunicado.
Irene Ventimilla, una alumna ecuatoriana del Máster de Arqueología Subacuática de la Universidad de Cádiz (UCA), ha sido la investigadora que ha encontrado esta «pieza arqueológica espectacular, como una aguja en un pajar (...) Realizaba un sondeo en visibilidad cero en el pecio y tocó un objeto con sus manos. Tras llevarlo a una zona con más luz, descubrió que era el chifle del contramaestre de la fragata Magdalena», explica el director de la campaña, en la que también participa la Unidad de Buceo de Ferrol (Ubufer) de la Armada Española.
López expone que el chifle está «muy alejado de la común simplicidad de estos instrumentos: por su caña se abre paso un dragón marino, que al llegar al tambor, rodea a este con un chorro de agua que expulsa por su nariz». Su estado de conservación, asegura, es «extraordinario, más allá de una doblez en el tramo. No está afectado por la oxidación, debido a haberse conservado en un estado anaeróbico, sin oxígeno, cubierto por un limo sólido, que se ha adherido al chifle protegiéndolo».
Así, espera que, una vez retirado el silbato en la fase de la restauración, «se podrá ver el dragón en todo detalle». La Fedas ofrecerá el viernes 13 de septiembre una conferencia (a las 19.00 horas, en el consistorio de Viveiro), en conjunto con personal de la Armada Española, para exponer ante la ciudadanía los resultados de los trabajos y dar a conocer el chifle del contramaestre. Jesús Ramil, de la Ubufer, mostrará como suenan estos silbatos, aún en uso en las Armadas.
López, que dirige el proyecto Ría de Viveiro, califica de «éxito» la campaña en la fragata, no solo por haber encontrado esta pieza arqueológica, sino también porque, a partir de los sondeos, se han descubierto en torno a diez metros más de pecio. «Los trabajos programados, sondeos en el sur y en el norte del yacimiento, pretendían determinar el alcance de los restos del naufragio. Los de la parte sur eran los más complicados, pues es una zona de limo, lo que nos obliga a trabajar con visibilidad cero y a cuartear el sedimento con un elemento cortante para facilitar la succión de este por la pequeña draga de agua empleada».
Pese a las dificultades, ahonda, «todas las catas del área sur han dado positivo en arquitectura naval, metales y material arqueológico, todo ello bajo un metro de limo. Como resultado, hacia el sur, el yacimiento ha aumentado en torno a diez metros», remarca.
La próxima semana, los arqueólogos se trasladarán al yacimiento Viveiro II, con el fin de datar su antigüedad. Este proyecto de investigación está financiado por la Consellería do Mar de la Xunta de Galicia, Fundación Luis Monteagudo, Puerto de Celeiro, el Concello de Viveiro y la Fedas.
Estos días visitará el yacimiento el Mando de la Unidad de la Fuerza de Acción Marítima de Ferrol (MARFER), Javier García, que se sumergirá para conocer la fragata Magdalena.