La Voz de Galicia

El Flako que pide paso en el cine

Arousa

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El cambadés Valentín Estévez descubrió hace dos años, a los 34, que quería ser actor, y no para de rodar

08 Feb 2020. Actualizado a las 05:00 h.

Valentín Estévez es un claro ejemplo de vocación tardía. Tiene 36 años y hace cosa de dos, en el 2018, decidió probar suerte como actor. «Foi por casualidade, fun a un cásting da Universidade de Santiago para unha curtametraxe e me enganchei». Tanto que no ha parado de grabar desde entonces. Ahora está haciendo el papel de pasota en una serie que se está rodando en Chapela y antes participó como actor de reparto y figurante en Vivir sin permiso, O sabor das margaridas, La Unidad y Ann & West, El Tesoro de las Seis Caras, entre otros trabajos.

Su primer papel protagonista le llegó con Eles transportaban a morte, una coproducción gallego-canaria que está previsto estrenar este año. Quizá entonces, su rostro empiece a ser conocido para el público, un rostro duro, de rasgos marcados, que puede explicar por qué siempre le tocan papeles de malo. «A min pásame como a Luis Zahera, só me chaman para facer de malo, de pirata e papeis así».

Desde luego no es un mal referente. Zahera tiene un Goya y es uno de los actores gallegos más reputados del país, aunque su preferido es Fernando Tejero. Y es que, pese a que se le resiste, el género que más le atrae es la comedia. «É o que máis me gusta, pero tamén é o máis complicado», explica.

Llegados a este punto toca preguntarle por su nombre de guerra. Había que buscar algo distinto y sonoro para esto del cine, y, como es delgado, apostó por hacerse llamar Flako Estévez, «con k», puntualiza. Así aparece en los créditos y así empiezan a llamarle, también, en círculos privados.

Familia y amigos no salen de su asombro cuando se van enteraron de los nuevos derroteros que ha tomado la vida de Valentín. De los campos de fútbol -actualmente es entrenador en el Juventud de Cambados- ha dado el salto a los platós, lo cual ha cogido por sorpresa a la mayoría.

 

A la academia

En la saga Estévez Rial no hay tradición artística y el Flako nunca había mostrado interés alguno por este mundillo; hasta hace un par de años, ni sabía de cine ni quería saber. Hoy, no solo se ha convertido en todo un cinéfilo sino que ha empezado a estudiar interpretación en una academia de Vigo, dejando atrás los tópicos y estereotipos. «Eu antes tamén pensaba que os actores eran unha panda de vagos, que isto non era un oficio, pero para nada. É un traballo moi complicado».

¿Cuál es la reacción de su entorno cuando lo ven en las pantallas (y más que lo verán, a la espera de próximos estrenos)? «De estrañeza e de coña. Sempre che din iso de que ‘cando chegues a Hollywood acórdate de min’ e hai moita xente que me anima a seguir neste camiño».

De momento, todavía no puede vivir de esta profesión, pero espera poder hacerlo algún día. «É un traballo moi complicado porque os directores sempre traballan cos mesmos actores e así no se lle dá pé aos novos talentos», se lamenta.

 


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