Barón Rojo: «Tuvimos a Metallica tocando antes que nosotros en un festival de Bélgica»
Arousa
Las imágenes del concierto de Barón Rojo en A Xunqueira
Carlos de Castro garantiza que en Vilagarcía sonarán los temas que tienen que sonar y anima al personal: «No hay mejor ocasión, y los conciertos con mucha gente salen mejor»
14 Aug 2022. Actualizado a las 19:29 h.
Cuarenta años de carrera, catorce discos de estudio y cinco o seis trabajos en directo. Un repertorio plagado de himnos. Su música sirvió para acuñar el término rock duro. Reivindicados como influencia fundamental para todo cuanto vino después, Barón Rojo hacen este sábado (23 horas, parque de A Xunqueira, entrada gratuita) una parada en Vilagarcía de Arousa dentro de su gira de despedida... O quizás no y al Barón le queden aún horas de vuelo.
—¿Por qué despedirse ahora?
—Como sabes fue un planteamiento anterior a la pandemia. Pero con lo que vino después la cosa se ha relajado mucho. Vamos siguiendo para adelante y no sabemos hasta cuándo. En principio, se supone que el tema se habrá acabado el año que viene, pero no está tan claro.
—Como mínimo, eso querrá decir que la gira está funcionando.
—La verdad es que está saliendo bien. Igual es que la gente tiene unas ganas terribles y pasado el tiempo se desinfla. Pero la gira y la banda están funcionando, con buenas audiencias. El año que viene será el momento de hacer un replanteamiento. Entremedias hemos tenido la gira de Estados Unidos y ahora, en noviembre, otra bestial en Sudamérica, con cinco conciertos seguidos en un país diferente cada día.
—¿El concierto de diciembre en el WiZink Center de Madrid animó las cosas?
—Estuvo de puta madre, con grandes invitados. Nuestro planteamiento era haberlo grabado para lanzarlo en vídeo. Pero, si no me han engañado, en el WiZink te piden solo por meter cámaras cincuenta mil euros. Hombre, igual Raphael mete 18.000 personas y le salen las cuentas. Nosotros metimos a cinco mil. Eso sí, hay un tema que tocamos todos, quedó muy bien y puede verse en Youtube.
—Hace unos años Metallica versionó allí «Los rockeros van al infierno». Ahí queda eso.
—Me dio mucho gusto oírlo. Creo que la cantó el bajista. Me hubiese gustado que fuese Hetfield, pero el detalle estuvo ahí y mucha gente se quedó con él. Tocamos dos veces con ellos.
—¿Ah, sí?
—Sí, la primera cuando ellos aún no llevaban tanto tiempo. Creo que fue en el 88, en un festival de Bélgica, y tocaron antes que nosotros. Ya ves, Barón tuvimos a Metallica tocando delante.
[ESCUCHA A METALLICA VERSIONANDO A BARÓN ROJO EN EL 2018]
—De hecho, hubo un momento en los 80 en el que parecíais a punto de despegar hacia el panorama internacional. ¿Que pasó?
—Te voy a contar cómo fue la historia. Cuando finalizamos nuestro contrato original con Zafiro, se interesó por nosotros EMI Odeón. De hecho, firmamos un precontrato con ellos e iba todo para delante. Pero, amigo, las cláusulas que no lees son un peligro. Zafiro tenía una cláusula de retracto y tanteo, que les daba derecho a que renovásemos con ellos si igualaban la mejor oferta que nos hiciese otra compañía. No hubo forma. Al poco tiempo, la formación original nos separamos. Y Zafiro se fue al garete.
—Lo hubiese cambiado todo.
—Es probable. Siempre quedará como el lanzamiento internacional que pudo haber sido y no fue.
—Con «Casi me mato» sonando en los 40. Hoy, impensable.
—Funcionó bien, sí. Y también Los rockeros van al infierno. Pero el que más arriba estuvo fue Breakthoven. Tenía aquello de mezclar a Beethoven con el heavy y a la gente le gustó.
—En Vilagarcía sonarán los temas que tienen que sonar.
—Por supuesto. Tenemos un set preparado con cincuenta temas. No están las ciento y pico, pero sí las que tienen que sonar. El resto las vamos rotando. Pero te diré que los conciertos con mucha gente salen mucho mejor. Así que animo a todo el mundo a venir esta noche a Vilagarcía. Qué mejor ocasión que en fiestas. Y al día siguiente tocamos en Huesca, a 950 kilómetros.
—Con un legado como el vuestro, ¿el hecho de que Sherpa se descuelgue ahora en plan ultraderechista os preocupa?
—Se ha ido de la lengua y, como se siente una estrella, cree que tiene el derecho de poner a caldo a quien le apetezca. No se da cuenta del daño que le está haciendo al rock. Ojo, esta es una crítica hacia sus actitudes, no a su historia como músico.
—No me resisto a esta tontería: ¿qué tiene una chupa de cuero que no tenga una americana?
—Coño, que da más calor. Y ha sido como el uniforme de los rockeros. Igual en el infierno protege mejor de las llamas (risas).