La Voz de Galicia

Los vertidos de basura cotinúan azotando el Xiabre

Arousa

serxio gonzález
serxio gonzález vilagarcía / la voz puntos negros en vilagarcía

Los vertederos incontrolados en Xiabre

Un recorrido de apenas media hora permite localizar cuatro basureros en los que abundan colchones, pantallas, neumáticos y los más nauseabundos desperdicios

25 Dec 2023. Actualizado a las 19:43 h.

Ni la implantación de cuatro puntos limpios móviles, que cada semana realizan 45 escalas en lugares estratégicos del municipio, ni el servicio de recogida de voluminosos, electrodomésticos y enseres que desde hace años funciona en Pinar do Rei. Nada parece suficiente para disuadir a los autores de esta incesante serie de atentados ambientales de que continúen vertiendo todo tipo de basura y desperdicios en el Xiabre. El monte que Vilagarcía de Arousa comparte con Catoira y Caldas de Reis atesora un poderoso potencial paisajístico que aguarda el pleno desarrollo de las rutas para el senderismo y el deporte que el Concello ha diseñado. Ejemplos como el mirador de la cruz de Xiabre, cuyo acceso debe ser mejorado pero es perfectamente practicable desde hace meses, deberían bastar para que los vilagarcianos dejasen de vivir de espaldas a su riqueza natural. A la vista de lo que un breve paseo revela, está claro que no es así. Los puntos negros siguen brotando aquí y allá como setas en otoño después de un par de días de lluvia y sol.

Nuestro recorrido comienza en Berdón, justo a un palmo de la vertiginosa plantación de albariño que ha sustituido a un antiguo y desordenado eucaliptal y, curiosamente, a un enorme vertedero ilegal, creado hace años a la sombra de la apertura de la circunvalación norte de la ciudad. Siguiendo la rúa Monte de Berdón se alcanza un espacio tomado por las frondosas, que la comunidad de montes de Trabanca-Badiña acaba de limpiar gracias a una subvención municipal. Poco antes del paso bajo la variante, lo que debería ser un paisaje bucólico se convierte en una pesadilla conformada por sifones, tuberías, algún que otro neumático, una vieja nevera, una televisión, depósitos de plástico e incluso restos de poda.

Si uno se toma la molestia de seguir andando, alcanzará las inmediaciones de la vieja cantera de Cea. Allí, cegando la senda que rodea por su parte superior la explotación abandonada y permite continuar hasta el embalse de Castroagudín, alguien ha abandonado lo que se intuye como una nauseabunda mudanza. El caminante debe sortear muebles destrozados, colchones, rejillas, butacas, basura de toda condición y unos cuantos juguetes.

En lugar de continuar hacia el pantano, también es posible descender hasta el acceso principal a la cantera. Allí resurgen los detritus. Dos puntos de vertido separados por pocos metros en los que hay un poco de todo, aunque los neumáticos sobresalen por su abundancia. Cuatro depósitos ilícitos de basura en un paseo de apenas media hora. Mala cosa.

La ruta de la porquería

MONICA IRAGO

MONICA IRAGO

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