La Voz de Galicia

Matices, el rincón de la artesanía gallega en las rías

Arousa

serxio gonzález vilagarcía / la voz

Fundada por Mavi y Teté Gómez, el establecimiento nació de los rescoldos de la legendaria pensión Garabán de Vilagarcía, y en diez años ha logrado convertirse en un lugar de referencia para quien busque algo diferente con marca de autor

06 Dec 2024. Actualizado a las 05:00 h.

Hubo un tiempo en el que la esquina enclavada entre las calles Méndez Núñez, Romero Ortiz y Juan Francisco Fontán poseía un nombre propio en Vilagarcía. El de la pensión Garabán, un establecimiento modesto y entrañable que no solo ofrecía un hogar provisional a todo tipo de gentes y procedencias, no siempre de paso, sino que, además, les daba bien de comer. De ello se encargaba la señora Gloria, a quien sus hijas, Mavi y Teté Gómez Rodríguez, echaron una mano en cuanto pudieron. «La verdad es que podemos decir que nacimos aquí mismo y cuando éramos pequeñas ayudábamos a servir las mesas», explican las dos hermanas desde Matices, el rincón de artesanía que ambas regentan en el centro peatonalizado de la ciudad y nació sobre los rescoldos de aquel negocio de resonancias casi legendarias, que dio cobijo a chavales en trance de hacer la mili, trabajadores de fábricas, obreros en faena, comerciales y algún que otro reportero en sus primeras andanzas laborales. A su manera, Matices mantiene el legado de buen trato, cercanía y saber hacer que hizo del Garabán una institución. Por si fuese poco, la tienda acaba de cumplir diez años —abrió sus puertas el 11 de octubre del 2014— así que la conversación con Teté y Mavi era poco menos que inevitable.

Aunque su oferta va bastante más allá, Matices funciona hoy como un pequeño templo de la marca Artesanía de Galicia en la capital arousana. La mayoría de las casas con las que trabajan Mavi y Teté la tienen como única referencia de venta en la capital arousana, lo que da fe de la confianza que los creadores depositan en ambas hermanas. «Esa confianza es mutua y no podemos estar más agradecidas», confiesan. Citarlas a todas se haría demasiado largo, pero hay cinco pilares que han resultado fundamentales en la consolidación del establecimiento: Orfega, Ardentía y Fink Orfebres, de Compostela; Druida, de A Estrada; y Silvereira, de Teo. Las cinco han querido hacerse presentes en este décimo aniversario a través de otras tantas piezas que acaban de ser sorteadas entre la clientela que en los últimos meses ha buscado un detalle, un regalo o simplemente un capricho que darse entre los muchos que aquí pueden encontrarse.

El camino hasta alcanzar este momento de equilibrio no ha sido fácil. La idea nació de dos situaciones personales que confluyeron en un mismo punto. Mavi había trabajado largos años en las oficinas de Conservas Peña y Alfageme, la conservera de Vilaxoán a la que el tiempo y las decisiones más que cuestionables acabaron engullendo. Una vez que la pensión echó el cierre, Teté mantuvo el antiguo comedor del Garabán en marcha durante siete años, si bien reconvertido en una frutería. «Después vendí un poco de todo, precocinados, ropa... En la última etapa, en el centro comercial», recuerda. Las cosas no iban del todo como ellas querían y se animaron a emprender por su cuenta. El primer reto fue definir la línea a seguir. «Pateamos prácticamente todas las ciudades de Galicia. Santiago, A Coruña, Vigo, Ourense... Y fue un acierto. Encontramos un modelo que nos gustaba, apostamos por la artesanía gallega e ingresamos en la red de Artesanía de Galicia, aunque también trabajamos con artesanía nacional. Seleccionamos y visitamos los talleres, los artesanos nos visitan también aquí». Así es como se ha ido formando Matices. «Y eso —sonríe Mavi— que a mí el primer día me daba pánico tener que atender al público».

Con diez años de experiencia y una estrecha relación con los artesanos, las responsables del negocio arousano sostienen que Galicia vive un momento de creatividad muy alto. «El talento es incuestionable, pero la parte comercial también tiene que funcionar. Al principio, nuestra idea era ayudar a la gente que empezaba, pero con el tiempo te ves obligada a seleccionar». No hay, aseguran, muchos más secretos que centrarse en el cliente que busca algo diferente, sentido común a la hora de elegir y reservar los artículos «y solucionar de todo». Ahora es Teté quien bromea.

MARTINA MISER

Nada de página web. Aunque uno de los mantras que repiten quienes buscan un futuro para el pequeño comercio es la digitalización, será difícil que Matices se sume a la marea virtual. «No tenemos página web ni tampoco ganas de meternos ahí. La nuestra es una tienda física, y quien quiera comprar en nuestra casa tendrá que venir aquí y hablar con nosotras». Dejarse aconsejar y perderse en este rincón sin que medien un teclado o una pantalla no parece mala cosa. Aquí, como en cualquier actividad comercial, funcionan también los ciclos de temporadas altas y bajas. «En los meses de julio y agosto se nota mucho la gente de fuera». Y, por su puesto, la Navidad, que llama a la puerta.


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