«La Variante acaba de nacer y nos va a dar muchas alegrías»
Pontecesures
Bares, empresas de barcos de recreo, hoteles y hasta taxistas ven crecer la ruta que atraviesa A Armenteira y Vilanova
19 Apr 2015. Actualizado a las 05:00 h.
A su paso por Pontecesures, el Camino portugués a Santiago de Compostela esquiva el centro del pueblo. Al Concello le encantaría variar un poco el trazado, hacerlo discurrir por las calles de esta pequeña localidad para que el efecto balsámico de los peregrinos encontrase eco en los establecimientos que la pueblan. Y es que los peregrinos, a fin de cuentas, son turistas. «Turistas especiales, con una carga de espiritualidad muy importante, pero turistas al fin y al cabo. Y los turistas necesitan comer, beber, descansar... Así que consumen». Quien así habla es Alberto Álvarez, coordinador de la Variante Espiritual que, desde Pontevedra, discurre por Poio, A Armenteira, Vilanova... y la ría de Arousa.
De este nuevo Camino empezó a hablar, hace unos años, el presidente de la Mancomunidade do Salnés, Gonzalo Durán. Su discurso se le antojaba a muchos una veleidad, una locura, un invento extraordinario y de poco recorrido. Pero parece que se equivocaban: el trazado ha sido bendecido con muchas gracias y por un número creciente de peregrinos. Lo dice Alberto Álvarez, que señala que el año pasado más de 1.500 personas se calzaron las botas para hacer este recorrido. Y lo dice también Luis Lorenzo. Es el responsable de Hotel Arco Iris, en O Terrón (Vilanova), un establecimiento que ofrece precios especiales para los peregrinos que prefieran las comodidades de un hotel a la frugalidad de los albergues.
«Cada año un poco más»
«La ruta de la Variante es muy joven, acaba de nacer, pero nos va a dar muchas alegrías», asegura este empresario. En sus habitaciones ha alojado ya a algunos peregrinos. Se han marchado tan satisfechos por el Camino que se han encontrado que han proclamado a los cuatro vientos su deseo de volver a Vilanova. Algunos, incluso, ya lo han hecho. No han regresado andando, pero «se quedaron encantados con el sitio y al venir a Santiago, pues hicieron una escapada hasta aquí». Conclusión. «El movimiento de peregrinos, de momento, es flojito, pero no para de crecer. Cada año un poco más... Y que siga así».
El de Luis Lorenzo no es el único negocio que espera ver florecer la Variante. A lo largo de toda la ruta se suceden las cafeterías, bares y furanchos en los que los caminantes buscan refresco y descanso. Y lo encuentran en Armenteira, en Pontearnelas, en Tremoedo... Siempre hay una puerta que se abre, amistosa, para ellos.
Porque, la verdad, «hay muchos establecimientos que colaboran activamente con nosotros», señalan quienes se encargan de la coordinación de este experimento turístico. Hay taxistas que están al quite para recoger a aquellos caminantes a los que el recorrido se les vuelve cuesta arriba. Y la empresa Bahía Sub, de O Grove, está presta a poner su barco a disposición de los grupos de peregrinos que superan los siete integrantes.
Que los negocios se impliquen, asegura Alberto Álvarez, es fundamental para que la Variante crezca con buena salud. A fin de cuentas, quienes se embarcan en la aventura de andar este nuevo camino van a acabar convertidos en embajadores de la comarca de O Salnés, de la ría de Arousa. Así que tienen que irse contando maravillas. «Tienen que irse contentos, satisfechos, dispuestos a volver con sus familias o con sus amigos», dice Álvarez.
A fin de cuentas, «la idea con la que nació esto es hacer de ello una marca, una cosa diferente. Nuestra oferta es más tranquila, menos masificada que los caminos tradicionales». Además, discurre por unos parajes preciosos y tiene el aliciente del recorrido en barco. La verdad, no es fácil mejorar la apuesta.
El nuevo trazado fue recibido como una extravagancia, pero ha triunfado
La implicación de los negocios de la zona facilita la proyección de esta nuevo recorrido