La Voz de Galicia

El peligro de una carretera que es una calle

Vilagarcía de Arousa

antonio garrido vilagarcía / la voz recta de rubiáns

Los accidentes son moneda común en la carretera de Rubiáns, uno de los viales con mayor volumen de tráfico de Vilagarcía

10 May 2017. Actualizado a las 05:00 h.

El martes, el vuelco de un vehículo obligó a cortar uno de los carriles de la recta de Rubiáns, una de las principales puertas de entrada a Vilagarcía. No es un hecho extraño. Los accidentes, afortunadamente sin consecuencias muy graves en la mayoría de las ocasiones, son moneda común en una carretera que, de hecho, es una calle. Basta pasar un cuarto de hora dando un paseo por la zona para comprobar que si no suceden más incidentes es por pura casualidad.

La primera zona de riesgo está apenas a un centenar de metros de la rotonda de Larsa. Allí está ubicado uno de los tanatorios de Vilagarcía y el paso de peatones más cercano está lo suficientemente alejado como para que muchas de las personas que a él acuden arriesguen su integridad cruzando los dos carriles si tienen su coche aparcado al otro lado de la avenida. Una pequeña carrera suele ser el método más habitual, y un inesperado tropezón la amenaza que se cierne sobre las gentes de todas las edades que arriesgan su integridad entre vehículos que no circulan demasiado despacio en la mayoría de los casos.

No lo tienen fácil los peatones que deben caminar por la larga recta. Cierto es que cuenta con aceras en su mayor parte, pero algún tramo no dispone de ellas, y la intensa actividad que se genera en ese mini polígono industrial con concesionarios y talleres de reparación de automóviles a diestro y siniestro supone que las maniobras de coches y camiones de notable tamaño sean prácticamente continuas. No conviene despistarse para evitar algún accidente desagradable.

La recta, por lo demás, cuenta con numerosas intersecciones que dan acceso a pequeños viales y más de un susto suelen llevar quienes en ellas entran o salen. Ayer, sin ir más lejos, un coche se saltó nada menos que un semáforo en rojo y estuvo a punto de llevarse una moto por delante.

La carretera que es una calle tiene una difícil solución para solventar sus males. Entre los planes del Concello estaba asumir su titularidad, en manos de Fomento en estos momentos, para poder convertirla en una avenida de entrada a la ciudad. El problema es que Ravella quiere que la cesión llegue con el asfalto en perfecto estado y por ahí no ha habido hasta ahora acuerdo entre las administraciones. Entre tanto, conviene extremar las preocupaciones y utilizar el paraguas si se viaja en autobús porque las marquesinas que están allí presentan un estado bastante deplorable.


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