Y todo empezó en A Compostela
Vilagarcía de Arousa
Los júniors de oro comenzaron a engranarse como equipo en aquel torneo de Fontecarmoa
15 Jun 2018. Actualizado a las 05:00 h.
La próxima semana se cumplirán veinte años de la primera edición del memorial Michi Ares. Una edición que fue muy especial, no solo por ser la primera, sino porque en ella participó una generación de jugadores que, a partir de ese momento, comenzaron a acaparar titulares por sus éxitos. Eran los júniors de oro, un equipo irrepetible varios de cuyos integrantes, veinte años después, continúan en la élite del baloncesto mundial.
Uno de aquellos chavales que sorprendían a quienes se paseaban por la playa aquellos días de junio al verlos ejercitarse a pleno sol era Juan Carlos Navarro. «Aquella fue una experiencia muy divertida. Recuerdo que el equipo estaba comenzando a crecer», explica. La Bomba no fue titular en los partidos que jugó en Vilagarcía. La competencia era dura, con Carlos cabezas, José Manuel Calderón o Raúl López en aquel equipo inolvidable.
Estirando las camas
Fue el BBC quien se encargó de la organización de aquel evento. «Recuerdo que fue todo muy emotivo, porque el fallecimiento de Michi estaba muy cercano», explica Manolo Vázquez. No era habitual ver gente tan alta en Vilagarcía y hubo que hacer ciertos ajustes. «En el Hotel Castelao tuvimos que colocar suplementos en las camas porque los muchachos eran muy grandes», explica Manolo, que apunta que una de las satisfacciones fue ver las gradas llenas. Lo cierto es que el paso de los júniors de oro dejó un regalo también para la ciudad. «El pabellón necesita una pista de parqué», sentenció el entonces alcalde Javier Gago.
El primer memorial Michi Ares tuvo el único borrón, pequeño borrón, de que la victoria se la llevó Grecia. Una Grecia en la que brillaba Antonis Fotsis y que era el gran rival de la selección española a la hora de señalar a un dominador en el baloncesto europeo de formación. Pese a la derrota, a Juan Carlos Navarro no le disgustó en absoluto la experiencia. «Tengo un buen recuerdo de aquel torneo. Unas semanas después ganamos el oro en el Europeo», apunta. Así fue, tomándose la revancha ante Grecia.
Sin embargo, el gran golpe en la mesa de aquella generación llegaría un año después con su victoria en la final del Campeonato del Mundo ante Estados Unidos en la final que se jugó en Lisboa. Fue un paso más, una zancada importante eso sí, en aquel camino hacia el éxito que tuvo una de sus paradas en Vilagarcía.
La vertiente baloncestística del memorial todavía tendría un par de capítulos más. El primero, con la organización de un campeonato de España júnior; el segundo, con otro cuadrangular internacional que acabó con un profundo desencuentro entre la organización y la FEB que frustró cualquier colaboración más.