El drama de la vivienda irrumpe en el día a día de Cáritas de Arousa
Vilagarcía de Arousa
Los precios impiden encontrar un techo: mil euros por alquilar una habitación compartida durante dos meses
17 Oct 2024. Actualizado a las 05:00 h.
La familia de Cáritas Interparroquial de Arousa estaba ayer de celebración: se cumplía un año de la inauguración de sus nuevas instalaciones. Unas instalaciones que, como subrayó la responsable de la organización Mar Viqueira, han servido para dignificar la atención a las personas que necesitan de sus servicios, de su ayuda. «Cualquiera que entre en esta instalación va a ser atendido», recalcó la coordinadora Mila Hermida. Y son muchos y muchas quienes tienen que cruzar el umbral de la puerta. Cada vez más, según refleja el balance que ayer hizo público la entidad.
Más allá de las cifras, sin embargo, lo que está muy claro es que el drama de la vivienda, ese gran problema que el pasado fin de semana sacó a miles de personas a la calle para protestar por lo que está sucediendo, se ha colado en el día a día de la entidad. Mila Hermida puso un ejemplo esclarecedor del que tuvieron conocimiento hace unas semanas: una ciudadana rusa pagó mil euros por el alquiler durante dos meses de una habitación compartida. Un drama que cobra especial fuerza para las familias, la gran mayoría llegadas desde Latinoamérica, que suelen aparecer sin papeles —entran con visado de turistas— y que ven como es absolutamente imposible que nadie les alquile un piso ni siquiera disponiendo de dinero. Esto implica que se estén dando situaciones de completo hacinamiento, con hasta quince personas compartiendo techo. «Ten unha moi difícil solución. Hai moita xente que antes, coas mínimas pagas que cobran, podían alugar unha habitación por catrocentos euros. Agora non poden. Os prezos están disparados», apuntó Hermida Miser. De hecho, en Cáritas Arousa están detectando un incremento considerable de mujeres sin hogar que tienen que vivir en la calle, algo que les preocupa especialmente por la vulnerabilidad que esta situación implica.
200 comidas más al mes
Los números son claros e indican que cada vez más gente necesita de la ayuda de Cáritas. La organización esá dando de comer a una media de entre 45 y 50 personas diariamente, que se extiende hasta sesenta los domingos. Una cifra más alta que durante el año pasado y que implica que se sirvan alrededor de doscientos menús más al mes que en el 2023. El cambio a las nuevas instalaciones ha permitido también que los otros servicios que ofrece la entidad crezcan también en su número de usuarios. La lavandería atendió 250 solicitudes y benefició a 81 usuarios, mientras que el servicio de higiene registró 252 peticiones. Además, 47 personas aprovecharon el servicio de peluquería, brindado semanalmente por una voluntaria en la sede de Rosalía de Castro. El ropero recibió a 149 personas y gestionó 265 solicitudes. Estos apoyos se complementan con otras ayudas como la provisión de medicinas, transporte y entrega de correspondencia, mostrando la labor integral de la entidad en la comunidad.
Y, dentro de una situación complicada como la que se está viviendo, desde Cáritas Arousa quiso poner el foco sobre dos situaciones especialmente preocupantes: por un lado, el problema de la soledad, que afecta cada vez a más personas mayores, y, por el otro, el de la llegada de inmigrantes con menores que no pueden acceder a ningún tipo de ayudas oficiales al no disponer de papeles y estar en situación irregular. La brecha digital, que impide a los afectados realizar gestiones básicas, y los problemas de salud también están en la lista.
La importancia de las donaciones de productos no perecederos que llegan en las fechas navideñas
Si las dificultades ya no eran pocas, a partir del año que viene en Cáritas de Arousa se van a encontrar con una a mayores, y muy importante. Con la entrada en vigor de la política de residuo cero, las donaciones de productos de los grandes superficies van a desaparecer. «Tendremos que conseguir más dinero porque vamos a tener que comprar muchos productos», resume Mar Viqueira. El presupuesto del año pasado rondó el medio millón de euros, y los ingresos llegaron en un 60 % de las subvenciones de las administraciones públicas. «Gestionamos el dinero como haría cualquier empresa, pero a veces tenemos que priorizar para tener siempre atendidas las necesidades básicas», explica Viqueira.
En este contexto, las donaciones que llegan a Cáritas en el entorno de las fechas navideñas procedentes de colegios, asociaciones, empresas y también particulares cobran especial importancia. Unas donaciones que, asegura Viqueira, volverán a ser importantes. «Siempre digo que las personas de O Salnés son muy generosas», afirma la directora de Cáritas.
Por lo demás, Viqueira hace un balance muy positivo del primer año de vida de las nuevas instalaciones. Tanto por el funcionamiento de la sede, en la que ahora se pueden realizar actividades que antes eran inviables, como los cursos de formación, las sesiones de cine o charlas, como por la convivencia con el vecindario, que califica de muy buena. Dos peticiones están lanzadas al Concello: papeleras y la instalación de un punto de luz.