A 200 metros de unir verdaderamente Carril y Bamio con aceras y una senda peatonal
Vilagarcía de Arousa
El Concello de Vilagarcía argumenta que la PO-548 dispone de espacio suficiente para reclamar de nuevo a la Xunta que lleve la obra en marcha hasta su final
28 Nov 2024. Actualizado a las 05:00 h.
Después de diez años de espera, la Xunta anunció en el 2023 el proyecto llamado a solucionar definitivamente la deficiente comunicación a pie entre las parroquias de Bamio y Carril, que conforman el área norte de Vilagarcía. La Administración autonómica se comprometía, al mismo tiempo, a ofrecer a los vecinos un paso seguro hacia el cementerio carrilexo, aislado durante décadas por la carretera PO-548. En cuanto estuvo listo, el diseño, constituyendo un notable avance, sorprendió no obstante a propios y extraños al proponer una senda peatonal que, en realidad, no alcanzaba el punto en el que mueren las aceras de Carril, sino el vial que da acceso a la urbanización de A Tomada. Trescientos metros separaban ambos enclaves, que la segunda fase que se acaba de perfilar dejará en doscientos. Ayer, el gobierno local aprovechó el inicio de las obras para reclamar de nuevo que esa senda peatonal salve una diferencia que asegura no comprender.
«Trátase dunha débeda xa histórica non co Concello nin o goberno de Vilagarcía, senón cos veciños de Bamio e Carril, que reivindican algo sinxelo: seguridade». Con estas palabras, el alcalde, el socialista Alberto Varela, confirmó que el equipo que preside ha presentado las alegaciones oportunas para que esa segunda fase de los trabajos cubra los doscientos últimos metros hasta conectar la nueva senda con las aceras que dan servicio al núcleo carrilexo. De otra forma, la infraestructura se agotaría más o menos frente al mirador de A Rosa, en lugar de descender hacia la calle Valentín Viqueira.
De forma paralela, Varela solicitará una reunión con María Martínez Allegue, la actual conselleira de Vivenda e Planificación de Infraestruturas, para abordar una actuación que ya debatió en su momento con su predecesora en el cargo, Ethel Vázquez, y evitar «unha nova decepción». Antes de que la maquinaria comenzase a trabajar en la parte posterior de la gasolinera de O Salgueiral, «a última obra que se fixera sobre as beirarrúas debeuse a Emilio Pérez Touriño», recordó el regidor, quien subrayó que fue el Concello el que tuvo que sufragar la instalación del semáforo que hoy da servicio a un punto muy sensible de O Salgueiral, donde los escolares acostumbran a esperar el bus.
Esta prolongación «non é difícil dende o punto de vista técnico», argumentó Varela sobre el terreno. «Hai espazo abondo para construír as beirarrúas sen ter que retranquear muros», añadió el alcalde, quien entiende que solo la falta de voluntad política a la hora de ejecutar la inversión puede llevar a la Xunta a negarse a hacerlo. «Veremos se son capaces de facer aquí o mesmo que están facendo en concellos veciños, nos que hai millóns para abrir sendas peonís», apuntó el regidor socialista en obvia referencia a Vilanova, gobernada por el popular Gonzalo Durán.
En cuanto al semáforo que regulará el paso hacia el cementerio, el primer edil opina que existen opciones que proporcionarían una mayor seguridad, aunque respeta la solución adoptada.