Ravella ha ejecutado obras en el área rural de Vilagarcía por importe de 1,8 millones de euros este mandato

A menudo, lo que no se relata pasa inadvertido. En la gestión de cualquier Administración pública existen toda una serie de actuaciones que se colocan lejos de los grandes números, pero adquieren una importancia fundamental para quienes se benefician de sus frutos. La mayoría de las acciones que se ejecutan en el ámbito rural caen bajo esta categoría, sobre la que el gobierno local de Vilagarcía quiso arrojar ayer luz. La obra que el alcalde, Alberto Varela, visitó junto a varios miembros de su equipo en el Camiño da Regueira, en Fontecarmoa, no figurará en ningún balance de relumbrón. Sin embargo, constituye la última muestra de un esfuerzo centrado en las parroquias que, solo en este mandato, se ha traducido en trabajos que, juntos, suponen 1,8 millones de euros y abarcarían cinco kilómetros lineales. Más o menos la distancia que separa el centro de la capital arousana del Hospital do Salnés.

Más allá de la suma de inversiones, que permite calibrar la importancia real de este tipo de actuaciones, existe otro factor que incide en el mismo sentido. En este lugar, el Concello acaba de invertir algo más de 95.000 euros que, procedentes de fondos de la Diputación de Pontevedra, han permitido instalar 220 metros de la red de abastecimiento de aguas y alcantarillado, además de un nuevo asfaltado. De momento, al servicio de siete viviendas, que pronto serán más, puesto que aquí se construye. De no mediar la inversión pública, cada vecino tendría que haberse gastado 13.500 euros de su bolsillo para acceder a esta serie de servicios básicos. Da que pensar.