La Voz de Galicia

El factor humano

Barbanza

Maxi Olariaga noia

12 Oct 2002. Actualizado a las 07:00 h.

Desde que hay ganado, en Texas circula un viejo proverbio entre los rancheros. «Si huele como una vaca, si muge como una vaca, si da leche como una vaca, entonces es una vaca». Eso debí pensar yo el pasado domingo cuando enmarcando la caricatura les contaba la vida y obra de Ramiro García Núñez, Gerente . Había oído hablar de él pero nunca tuve la fortuna de conocerle hasta la pasada semana. Así que me pasé con Gerente un par de horas charlando de lo divino y de lo humano y desnudando discretamente los entresijos de su vida. El maestro Veiras había dejado su caricatura en mi casa antes de emprender viaje a Levante donde inauguraba exposición. Veiras y yo habíamos hablado alguna vez de dedicar a Gerente un trabajo por lo que cuando llegué a casa y vi una caricatura en la que posaba un hombre sobre una carrilana con meta al fondo no dudé en que se trataba del mítico personaje. Cuando le conocí, me llamó la atención que, a diferencia del dibujo, careciera de barba pero me pareció ocioso preguntarle cuál era el motivo de su afeitado ya que Gerente luce cutis rasurado con esmero. Después de todo, cada uno hace con su barba lo que quiere mientras el gobierno no disponga otra cosa. Un dibujo distinto Así es que una vez que tomé las correspondientes notas, redacté el artículo y de mi vieja Olivetti pasó a las modernísimas rotativas de La Voz de Galicia. A primera hora del domingo, el maestro Veiras desayunaba en su casa de Camboño cuando se encontró la caricatura salida de su mano glosada por mi artículo. El dibujo no correspondía con Gerente sino con Rodrigo Molinos, el Guttemberg de la Editorial Toxosoutos que todos los años, para liberar adrenalina, se lanza a toda pastilla en su carrilana de madera por Os Penoucos de Esteiro, sorteando baches y desguaces de sus predecesores en busca de la bandera escaqueada que le otorgue el laurel de la gloria. Yo desconocía esa afición de Rodrigo y ello me llevó al error. He ahí el factor humano. Ese margen de error que todos deberíamos tener en cuenta a fin de no juzgar y de no ser juzgados liviana y vanamente en tantas ocasiones. Si alguien se merece posar sobre una carrilana ese es sin duda Gerente, al igual que Rodrigo Molinos se merece la medalla al trabajo editorial independiente. Tienen hoy ante sí, por fin, el rostro noble de Gerente, para conocimiento de los que como yo no lo habíamos visto antes. ¡Ah! Y no olviden nunca el viejo proverbio tejano.


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