El mal tiempo provoca importantes pérdidas en la flota de la comarca
Barbanza
12 Mar 2008. Actualizado a las 02:00 h.
El fuerte viento está jugando una mala pasada a la flota de bajura de la comarca barbanzana. Esta situación provoca importantes pérdidas en un colectivo que no está pasando por su mejor momento. Los barcos del arrastre de Ribeira fueron casi los únicos que salieron ayer a faenar tras amainar algo el temporal en la zona sur de Galicia. Aún así, los intermediarios se quejan porque las primeras capturas de la semana no llegarán al mercado hasta mañana. La mayor parte de las embarcaciones artesanales continúan amarradas y se espera que durante el día de hoy se vayan incorporando a la actividad.
Las lonjas de la comarca facturan una media diaria de 300.000 euros, una cantidad que dejaron de ingresar los marineros barbanzanos en los últimos días.
El mayor volumen de ventas se realiza en la rula de Ribeira, donde se subasta más de la mitad de las capturas de todo Barbanza. El responsable del recinto de ventas, José Manuel Orellán, comentó que normalmente la facturación diaria es de unos 150.000 euros, por lo que cuando hay temporal las cifras se resienten considerablemente.
Orellán señaló que la jornada del lunes fue la más dura. En este sentido, explicó que solo se subastaron especies por un importe de 24.000 euros, procedentes de algunos barcos que se dedican al marisqueo y también de algún pulpeiro de otras localidades de la zona.
Bodegas vacías
La flota del arrastre de Ribeira, la más importante de Galicia, permaneció amarrada durante toda la jornada del lunes. Sin embargo, a primera hora de la mañana de ayer soltó amarras para dirigirse hacia el sur con la intención de pescar. En el norte todavía hacía mucho viento, por lo que fueron pocas las naves las que salieron a faenar.
Los barcos del cerco con base en Santa Uxía también salieron a primera hora. Sin embargo, pronto regresaron a puerto con las bodegas vacías.
Una situación similar se vivió en el muelle de Portosín. El representante del cerco en la localidad, Gonzalo Pérez, indicó que la mitad de la flota se encuentra en el Cantábrico realizando la campaña del verdel, por lo que estos días solo están en su puerto base seis unidades, de las que salieron a faenar cinco.
Gonzalo Pérez explicó que los barcos salieron a la entrada de la ría, pues el viento les impidió acudir a sus caladeros tradicionales. «A pesca non foi nada boa, pois entre os cinco barcos trouxeron para terra 400 caixas de sardiña». Eso sí, «o prezo foi bastante bo, pois pagouse a caixa, de 25 quilos, entre os 23 e 28 euros cada unha».
Compradores
No solo los armadores y marineros son los grandes perjudicados. También hay otros sectores y colectivos que viven en sus carnes los avatares de las inclemencias del tiempo.
Los intermediarios y los transportistas también sufren estas consecuencias. Un portavoz de los compradores de Ribeira explicó la situación del colectivo: «Se non hai movemento, nós tamén sufrimos as consecuencias do mal tempo porque non podemos abastecer aos nosos clientes, que acoden a outros mercados para mercar peixe. Tamén temos gastos, como os dos coches e dos empregados que hai que pagarlles».
Tanto los armadores como los mayoristas esperan que la situación se regule con el paso de los días e incluso dan por hecho que en la jornada de hoy volverá la normalidad a las lonjas de la comarca, incluyendo también las embarcaciones de la flota artesanal.
El paro obligado de varios días también es bueno para la recuperación de las especies, pues según afirma un armador ribeirense, «o mar necesita un descanso de vez en cando». Esta parada obligatoria también influye positivamente, según algunos marineros, en la cotización de las capturas, «pois nos primeiros días como hai pouco peixe, este págase moito mellor. Por iso, é bo que de vez en cando, o mar teña un pequeno descanso para recuperarse e que haxa revoltura».