Lo que mueve la construcción de la nueva carretera
Barbanza
10 Jan 2013. Actualizado a las 07:00 h.
La variante de Noia es una de las obras que más polvareda han levantado en la comarca últimamente. Pasaron años hasta que se definió el trazado definitivo de la nueva carretera, que tiene muchos detractores, principalmente por su impacto ambiental. Pero, más allá de la polémica, hay datos que constatan la importancia, y la enorme envergadura, de la infraestructura llamada a desatascar Noia.
¿Por qué es tan importante esta infraestructura?
Sobre todo porque se espera que sirva para descongestionar el centro de la villa noiesa, especialmente en los meses de verano, una época especialmente conflictiva para la circulación. Según los datos que maneja la Consellería de Medio Ambiente, Territorio e Infraestructuras, el nuevo vial sacará de las calles de Noia una media de dos millones de vehículos al año.
¿Qué supondrá para los conductores?
Una vez que la variante abra al tráfico, permitirá que los conductores ahorren unos diez minutos en sus desplazamientos. Esto acercará Noia tanto a la capital compostelana como a otros puntos de la comarca como Porto do Son, sobre todo si finalmente, tal y como prevé el Plan Move de la Xunta, se da continuidad a esta vía de alta capacidad con la variante de Portosín. Además, las distancias se acortan dos kilómetros en el relación con el trazado actual.
¿Cuáles son las cifras de la variante?
Algunas cifras curiosas del vial, que además dan una idea de su envergadura, son, por ejemplo, que se utilizarán 5,4 millones de kilos de acero o 37.422 metros cúbicos de hormigón.