La Voz de Galicia

Llega a nuestras carteleras el León de Oro del Festival de Venecia

Barbanza

víctor rodríguez

Con su ópera prima, Lorenzo Vigas sobresalió por encima de directores consagrados a nivel mundial

24 Jun 2016. Actualizado a las 05:00 h.

2015 • Venezuela, México • Lorenzo Vigas • Alfredo Castro (Armado) y Luis Silva (Elder) • Con solo un cortometraje a sus espaldas -Los elefantes nunca olvidan (2004), presentado en la Semana de la Crítica en Cannes- el realizador venezolano ha sido capaz de conseguir con su ópera prima el León de Oro del Festival de Venecia, desbancando a nombres tan consagrados como Amos Gitai, Aleksandr Sokurov, Marco Bellocchio o Atom Egoyan.

 

Si a esto se le suma el premio al mejor guion en Miami, el reconocimiento en Salónica otorgado a Alfredo Castro, y la Mención Especial a Luis Silva en San Sebastián, son motivos suficientes para designar a Desde allá como el estreno de la semana.

Una semana en la que se adelantan algunos estrenos al miércoles por el comienzo del período vacacional de los estudiantes. Día en que por cierto se cumplen dos meses desde la primera publicación de la sección.

El objetivo a la hora de llevar a cabo este espacio es el de suscitar interés en la película recomendada y que eso lleve a visionarla. Y por ahora se está demostrando que es así. Aunque a día de hoy el número de cines a la redonda que las muestren sea reducido o casi nulo.

Las diez películas seleccionadas hasta ahora forman parte del tercer grado de «cinefilia»: El primero corresponde a los blockbusters, el segundo a las premiadas por las academias de cine -Oscar, BAFTA, Goya,?- y las asociaciones de críticos entre otros, y el tercero a las películas premiadas o seleccionadas por los festivales de cine. Aunque generalmente coincide la elección con la película que más festivales ha recorrido, no siempre es así. Influye también la opinión de las personas que ya la han visto.

 

La realidad de Venezuela

Sin utilizar música, Desde allá explora la estratificación social y la psicología de un hombre aterrado por la posibilidad de contacto físico. Esta película multicapa es a la vez una exploración del deseo frustrado y una ventana sobre la increíble estratificación social de Caracas. Habla de la realidad actual de Venezuela, con una narrativa que atraviesa las dispares clases sociales que comprenden la capital del país: los grupos cerrados de los grandes ricos, el caos de los barrios del centro, y las comunidades pobres de los monótonos bloques de apartamentos.

La obsesión de Vigas con el tema de la paternidad le llevará a realizar una trilogía, que empezó con Los elefantes nunca olvidan, continuada por esta película, y que culminará con su siguiente filme, titulado The Box. En conjunto, tratan sobre la ausencia de padres severos.


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