La Voz de Galicia

Valeria Quer declaró a la jueza de Ribeira que su madre la maltrataba

Barbanza

MONCHO ARES /  RIBEIRA / LA VOZ J. M. JAMARDO RIBEIRA / LA VOZ

Dijo que las dejaba solas a ella y a su hermana, «y volvía a altas horas de la madrugada»

27 Sep 2016. Actualizado a las 15:57 h.

La declaración de Diana López-Pinel ante la jueza María Esther Díaz, titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 2 de Ribeira, en la que interesaba la recuperación de la custodia de su hija menor, Valeria, que le fue retirada ocho días después de la desaparición de su otra hija, Diana, dio pie a un auto por el que la jueza acordaba mantener la medida cautelar, al considerar que existían indicios fundados de la «presunta perpetración de un delito continuado de maltrato por su parte contra su hija menor Valeria, sin perjuicio de que pudiera haber incurrido también en otros ilícitos respecto a la misma menor o incluso a su otra hija, Diana», detalla el documento.

La adolescente fue «tajante al suplicar» a la jueza que le permitiera continuar viviendo con su padre, disponiendo de libertad para contactar con su madre. La togada hace constar que Valeria afirmó ante ella que los episodios de maltrato físico no los había puesto de manifiesto con anterioridad «por miedo a las represalias que su madre pudiera haber adoptado contra ella», pero en el momento de la comparecencia se sentía fuerte para «denunciar ese maltrato».

Posible abandono

El auto señala que, a mayores, «la menor puso de manifiesto también una situación de posible abandono por parte de la madre, de quien dijo que se ausentaba muchas noches desde que ella tenía 12/13 años, dejándolas a su hermana y a ella solas en su domicilio, volviendo a altas horas de la madrugada en estado ebrio».

Valeria fue explícita al señalar que a consecuencia del rechazo que le producía el consumo de alcohol y tabaco por parte de su madre, tuvo muchas discusiones con ella «en el transcurso de alguna de las cuales su madre le habría propinado, al menos, dos palizas», señala textualmente el auto. Al parecer, por estas riñas se trasladó a vivir con su padre en varias ocasiones, pero acaba volviendo con su madre «porque esta le prometía dejar de beber y fumar o bien le ofrecía prebendas a las que su padre se negaba».

La jueza María Esther Díaz consideró que la situación en la que se encontraba la menor con su madre «no era adecuada ni favorecía la estabilidad de Valeria, quien se autolesionó hasta en tres ocasiones a lo largo del pasado mes de agosto, teniendo que ser sometida a lavados de estómago debido a la sobreingesta de medicamentos ansiolíticos». Precisamente fueron estos episodios los que pusieron en alerta a los servicios médicos, que «vieron cómo su progenitora se limitaba a solicitar el alta voluntaria» y llevar a Valeria a su domicilio vacacional sin ser vista por ningún especialista en psiquiatría, explicita el documento judicial.

Mantener la medida

Por ello, la jueza decidió mantener la medida cautelar de retirada de la custodia a la madre «pues de lo que se trata es de proporcionar a Valeria la estabilidad necesaria para recuperarse y encauzar su vida lo mejor posible». Considera que la madre «no ofrece suficientes garantías», dado «el maltrato físico y psicológico denunciado por la niña y las adicciones que pudiera tener la madre».

Por otra parte, la jueza tuvo en cuenta que la menor tenía edad suficiente para concretar con quién quiere permanecer, y eligió en este caso a su padre.

El padre solicitó que no se dejara a la pequeña relacionarse con la progenitora

El día 14, Juan Carlos Quer acudió al juzgado de Ribeira para acompañar a Valeria. La jueza quería escuchar de boca de la pequeña con quién prefería estar y cómo era su convivencia con la madre. Nada más terminar, el padre afirmaba a las puertas de la sede judicial que él cumplía de forma escrupulosa las indicaciones que recibía del facultativo que atendió a la pequeña y que le entregó el juzgado, entre las que incluía alimentación, medicamentos y «personas con las que sí o no puede relacionarse», en clara alusión a su exmujer. El empresario madrileño había solicitado una medida de alejamiento y prohibición de comunicarse con la madre, pero le fue denegada.

Juan Carlos Quer esgrimía en su petición que cada vez que la menor se comunicaba con su madre, «sufría y terminaba llorando». La jueza mantuvo una conversación con Valeria en presencia del fiscal, y la adolescente le manifestó su interés por comunicarse libremente con su progenitora, como así venía haciendo durante el tiempo que ha permanecido bajo la custodia del padre.

En el auto, la jueza Esther Díaz decidió rechazar la propuesta porque de las comunicaciones aportadas entre madre e hija no se desprendía la existencia de un riesgo importante para la menor, más allá de que el tono de esas conversaciones pueda considerarse inapropiado dadas las circunstancias del caso, por lo que «no se estima procedente la adopción de la medida interesada, aun entendiendo su natural preocupación por la estabilidad mental y psicológica de la menor», dice la resolución judicial.

A pesar de la medida adoptada por el juzgado, el abogado, Pedro de Bernardo, afirmó el fin de semana que Diana López todavía no había podido hablar con Valeria ni verla.

La madre: «Estoy segura de que Diana aparecerá. Tengo mi propia teoría»

La semana pasada, Diana López rehusaba a hablar de su exmarido y solo quería centrarse en la búsqueda de su hija. Sin embargo, el domingo en una entrevista concedida a La Razón cambió de estrategia. Apuntó directamente a Juan Carlos Quer, al que acusó de mal padre, y dio a conocer pasajes nada agradables de su matrimonio. La madre dio un giro a su estrategia y pasó al ataque sacando trapos sucios de una familia y un entorno que, de ser ciertos, son convulsos.

Después de 35 días, la mujer está muy mal. Sin embargo, no pierde la esperanza y sigue afirmando que está segura de que «Diana aparecerá», porque tiene mucha fe y porque «tengo mi propia teoría y estoy muy convencida de ella, cada día que pasa, más. Pero de esto no voy a hablar porque no quiero entorpecer de ninguna manera la investigación policial. Lo único que quiero es que aparezca mi hija», dijo.

Añadió, no obstante, que tiene miedo a que «si esto se les va de las manos, alguien pueda hacerle daño a Diana. Por eso hice ese llamamiento el otro día, porque creo que es posible que haya gente que pueda saber algo y que por miedo no se atreva a hablar con la policía».

La conflictiva separación matrimonial y los problemas con la custodia de Valeria no han dejado a un lado la búsqueda de su hija mayor. Los conflictos personales no quiere que afecten a lo que le importa, volver a ver a Diana.

Tormentosa relación

La mujer evitó hasta el momento contestar a las acusaciones de su exesposo pero el fin de semana no pudo más y relató al diario madrileño pasajes de su tormentosa relación. Sobre su matrimonio, precisó que fue «muy complicado. No es lo mismo cuando tienes 18 años que cuando vas evolucionando. Yo al principio, cuando él me maltrataba siempre pensaba que la culpa de lo que pasaba la tenía yo. Pero luego llevaba mucho tiempo diciéndole de separarnos y él no quería ni a tiros. Tú a donde vas a ir, premenopáusica, me decía. No vas a llegar a ningún sitio. Te he criado y te he dado la educación que tus padres no te dieron, insistía».

Después de la separación, «él me dejó sin medios y no pude presentar la denuncia de indivisos. Empezó a amenazarme con que me iba a quedar con una mano delante y otra detrás».

La madre de las chicas habla también de que fue engañada, pues asegura que Juan Carlos Quer «me hizo firmar el día antes de casarnos la separación de bienes, pero teníamos bienes en común. Me dejó sin medios económicos». En la entrevista afirma que, tras la separación, durante tres años su exmarido no tuvo contacto alguno con sus dos hijas, a las que había bloqueado en su teléfono.

 


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