Ramiro Carregal y la solidaridad unen Ribeira y Vilagarcía

Hijo adoptivo de Ribeira y con la mirada siempre puesta en su Vilagarcía natal, el presidente de Frinsa, Ramiro Carregal, unió ayer entorno a una mesa las dos márgenes de la ría de Arousa. Como afirmó el propio empresario: «Ambas localidades estaban ligadas antaño por el vapor y yo evoco esa comunicación». Es el cuarto año que tiene lugar en la ciudad ribeirense este encuentro, que empresario define como «una comida especial».

Por una parte, se trata de una cita solidaria, ya que buena parte de los asistentes son miembros de la Fundación Amigos de Galicia, de la que el dueño de la compañía conservera es presidente de honor. Al mismo tiempo, es una reunión de los amigos de Ribeira con los que Ramiro Carregal acostumbra a comer todos los viernes: «Una de mis aficiones es el trabajo y, la otra, este almuerzo semanal», indicó.

Esta alianza que el empresario se encarga de fomentar también se lleva al plano gastronómico, ya que, como explicó Carregal, «yo pongo el marisco y los integrantes de la fundación, el cocido».

El brindis

En un ambiente de gran camaradería, con el restaurante Xardín como escenario, el medio centenar de comensales inición el encuentro con un brindis en honor de Ramiro Carregal, auténtico artífice de la cita.

Compartiendo mesa con el fundador de Frinsa se encontraban los exconselleiros Víctor Vázquez Portomeñe y Xesús Palmou, así como el alcalde ribeirense, Manuel Ruiz, el senador José Luis Torres Colomer, el director de Amigos de Galicia, Jesús Busto; su asesor jurídico, el letrado Manuel Martín; el secretario, Ramiro Varela, y el abogado ribeirense Manuel Méndez.

Vázquez Portomeñe señaló que se trata de «la celebración de la amistad. Es una cita informal en la que el único tributo es la admiración que sentimos por Ramiro, una figura tan relevante y capaz de crear tantos puestos de trabajo».

Xesús Palmou también se refirió a la importancia que tiene la amistad en esta cita, al tiempo que subrayó los vínculos solidarios de los asistentes: «Somos miembros de la fundación, algo esencial porque la solidaridad humana siempre es necesaria».

Gran contribución

Directivos de la Fundación Amigos de Galicia, como el médico Ramiro Varela, destacaron la importante contribución que el empresario hace a la misma, un aspecto que también subrayó Jesús Busto. Este último también incidió en la unidad de ambas márgenes de la ría, así como en la importancia de poder compartir un trabajo en favor de las personas que más lo necesitan.

La Fundación Amigos de Galicia tiene su sede en Vilagarcía, pero atiende en la comarca a familias con escasos recursos de los municipios de Ribeira, Rianxo y Porto do Son. Recibe fondos económicos de Ramiro Carregal quien, además, aporta lotes de conservas para que se entreguen a los beneficiarios de la entidad.

Esta estrecha colaboración del empresario se puso de manifiesto ayer por parte de todos los comensales. Sin embargo, la alianza entre Vilagarcía y Ribeira fue otro de los aspectos que todos coincidieron en señalar. Al igual que Ramiro Carregal, el senador José Luis Torres se refirió a la comunicación entre ambas márgenes de la ría arousana y al vapor que durante muchos años sirvió de elemento de transporte y comunicación para los ciudadanos de uno y otro lado.

Asimismo, el asesor jurídico de la asociación, Manuel Martín, de origen muxián, destacó los lazos que unen a todos los asistentes. Tampoco faltaron a la cita el presidente de Cáritas de Vilagarcía, Francisco Fernández, ni el alcalde de A Baña, José Andrés García Cardeso, ni representantes de empresas de la comarca, como el director general de Congalsa, Luis Miguel Simarro.

La Navidad y el inminente comienzo de un nuevo año sirvió de excusa para que personas unidas por la solidaridad decidan compartir una jornada de convivencia que permitió intercambiar experiencias y para hacer balance del trabajo desarrollado durante los últimos meses.

Después tocará comenzar a planificar las actuaciones para el 2018 y continuar aportando para contribuir a paliar la situación por la que atraviesan quienes menos recursos tienen.