Cuentos chinos
Barbanza
16 Jan 2023. Actualizado a las 05:00 h.
Dicen que cuando estudias el pasado, evitas repetir ciertos errores en el presente. Si hay algo fascinante es cómo, generación tras generación, los adultos se llevan las manos a la cabeza al hablar de los jóvenes.
Daniel Arias, catedrático de la Universidad de Granada, se escandaliza, como tantos hicieron antes de él, por la pérdida de la cultura del esfuerzo entre los jóvenes, señalando de forma directa a las redes sociales. Estas acusaciones, no exentas de polémica, contrastan con unos datos de paro juvenil que continúan siendo arrolladores. Con todo, dentro de los que sí trabajan, son pocos los novatos que lo hacen sin unas condiciones precarias. Con el alza de los precios y unos alquileres que rozan el cielo, los rascados mil euros que ganan la inmensa mayoría de los “afortunados” incluidos en la población joven activa, hacen que soñar con el futuro se haga imposible.
¿Cómo va a existir cultura del esfuerzo si este no se ve recompensado con oportunidades? ¿Cómo van a ansiar la cotización con la constante sombra del paro? ¿Cómo va a planear su futuro un veinteañero al que solo le llegan ofertas de 1 becas de trabajo?
Lo cierto es que, aunque siga sin encontrar el nexo de toda esta realidad con las redes sociales, yo tampoco creo en la cultura del esfuerzo. Creo en que no existe nuestro propio sueño americano y en que el trabajar duro no se traduce en un mejor sueldo. Así que no, el problema no es la pérdida de aquel valor añejo. El problema es que eso ya nadie se lo cree, y quizás los jóvenes solo sueñan con poder comprar algún día su propia casa, algo que se ha convertido en lo de aquella serie de películas protagonizadas por Tom Cruise.