El Rotogal Boiro aúna descaro y saber estar para vencer en Valladolid (1-3)

El Rotogal Boiro vuelve a sonreír. El combinado dirigido por Adrián Alves sacó a relucir en el pabellón Fuente de la Mora una de sus versiones más serias y competitivas para vencer a la Universidad de Valladolid (1-3). La mayor sorpresa del encuentro estuvo en la convocatoria del técnico gallego, incluyendo al actual asistente Cristóbal Álvarez, que salió de su retiro para ejercer de líbero en labores defensivas.

El choque comenzó muy igualado, con un intercambio de golpes liderado por el vallisoletano Sergio Santamaría y por los centrales boirenses Mariño y Barro, que una semana más tuvieron un gran protagonismo en el partido. Acercándose el final de set cogió un par de tantos de ventaja el Rotogal por mediación de Pablo Nieto. Con el espacio suficiente en el marcador los de Boiro jugaron más fluidos, anotándose el parcial por 25-21.

Pese a esto, los locales no iban a ponérselo nada fácil en la segunda tanda. De nuevo la igualdad estuvo presente desde los primeros compases del juego. En un set con pocos errores por parte de los vallisoletanos, el combinado boirense aguantó el tipo hasta el final, aspirando a hacerse con un segundo set que encarrilaría la victoria. No pudo ser. La Universidad de Valladolid se revolvió y se mostró sólido en ataque para poner el 1-1 en el luminoso y demostrar que no iba a ser nada sencillo arrebatarles los tres puntos de su feudo.

Soliloquio boirense

El tercer parcial fue el único que se salió un poco de la tónica. El Rotogal dominó de cabo a rabo el set. Con 4 puntos de ventaja cosechados en las jugadas iniciales los locales fueron a remolque en todo momento. Juan Quelle sacó rédito de acciones complicadas para terminar de hundir a su rival y facilitar que los suyos se anotasen por 20-25 un parcial cerrado con una magistral combinación entre el colocador Ernesto Gómez y el central Anier Mariño. El Rotogal exhibió un voleibol de muchos quilates durante ese tramo, pero lo mejor todavía estaba por llegar.

El cuarto set fue un calco del segundo. Ambos combinados, cada uno con sus intereses, sabían de lo fundamental de no dejar escapar la manga y así lo demostraron desde el principio. Sin embargo, los de Valladolid parecieron quererlo más y se escaparon en el marcador. Fue ahí cuando se hizo grande la figura de Alves, que decidió dar entrada a Martín Casais haciendo las funciones de opuesto. El joven boirense fue fundamental en la remontada y en la posterior victoria final de los suyos por 23-25.