Cristóbal Álvarez, la enésima vida del diablo del voleibol
Barbanza
El vigués salió del retiro a sus 46 años para aportar veteranía en el Rotogal Boiro
18 Mar 2024. Actualizado a las 20:42 h.
La historia de Cristóbal Álvarez (Vigo, 1977) con el voleibol es digna de película romántica. Un amor a primera vista que nunca jamás se agota, con idas y venidas, pero siempre con un final feliz. Después de una extensísima y exitosa carrera, el vigués decidió confirmar su retiro en el 2022 después de haberse convertido en un jugador legendario a nivel nacional. Sin embargo, el destino todavía tenía preparado un capítulo más para el Cristóbal deportista, que volvió a las canchas a los 46 años para aportar veteranía en la jovencísima plantilla del Rotogal Boiro en la Superliga 2 Masculina.
El Diablo, tal y como se le conoce amistosamente en mundo del voleibol, comenzó su carrera en la desaparecida Atlética de Vigo. Con el extinto combinado debutó en la División de Honor, nombre que recibía en aquellos años la máxima división española. También tuvo etapas en el Club Vigo Voleibol y en el Teis, antes de trasladarse al Ribeira, en donde se forjó un grupo que derivó en el Boiro Voleibol, en donde recaló finalmente.
Durante más de una década fue uno de los estandartes del club, ascendiéndolo desde la Primera Nacional hasta la Superliga. Después de dos años en la élite, decidió hacerse a un lado y dejar paso a jóvenes talentos: «Me hizo mucha ilusión poder disfrutar de volver a competir en la máxima categoría. Fue un regalo con el que no contaba. Valoro mucho mi etapa en Boiro. Moló mucho juntarse un grupo de amigos, crear buena química y convertirlo en un club de referencia en España. Las categorías inferiores tienen mucho que decir en esto y eso es cosa de Chicho y de Emilio».
Sin embargo, a mediados de la presente temporada los cantos de sirena de volver a subirse las rodilleras llegaron a los oídos de Cristóbal. La cantidad de lesiones a las que está teniendo que hacer frente el Rotogal, sumada a la juventud de la plantilla, provocó que el técnico, Adrián Alves, le propusiese al vigués abandonar su cargo como entrenador asistente para volver a las canchas.
Otro regalo
«Es un auténtico regalo a todos los niveles. No tengo palabras para describir como me siento. Yo no vuelvo porque quiera quitarle minutos a los chavales, que son maravillosos y me arroparon desde el primer momento. Lo hago porque el entrenador quería probar cosas nuevas y que hubiese una visión diferente desde dentro del campo. Intento transmitirles algo de mi experiencia. Cuando apretar, cuando hay que gritar, cuando hay que mantener la calma... pero principalmente que hay que ir con todo», comenta.
Pese a su veteranía, asegura que los nervios volvieron a hacer acto de presencia antes de saltar al campo en su regreso, que tuvo lugar en Valladolid ante su combinado universitario. Ese día Álvarez se vistió de líbero y lideró las facetas defensivas del equipo en la victoria 1-3 contra los castellanoleoneses. Ahora, un mes después de volver a sentirse jugador. Busca continuar ayudando al Rotogal y al desarrollo de los jugadores.
«A los jóvenes les aconsejo que no miren para atrás ni para coger carrerilla. Hay que entrenar con intensidad, porque la base del juego son las sesiones. Deben entender que un partido malo no es el fin del mundo. Les deseo a todos un camino de larga distancia como el que yo he podido tener», apunta El Diablo.
No todo es voleibol en la vida de Cristóbal Álvarez y por eso no puede garantizar su continuidad en el Rotogal de forma activa la próxima temporada: «Solo tengo palabras de agradecimiento para mi mujer Luci y a mis hijas. Siempre están ahí animándome y viendo los partidos. Luci aguanta y empuja, ha tenido que aguantar lo inaguantable (ríe). Nunca le podré agradecer lo suficiente todo el apoyo que me ha dado durante mi carrera».
Vóley playa
Cristóbal Álvarez no solo se caracteriza por ser incombustible en el voleibol, sino que también extrapola su entrega en la arena. Durante años el vigués estuvo presente en los podios de campeonatos gallegos y nacionales de vóley playa. Ahora, pese a su edad, sigue colándose y dando lecciones a los jóvenes en la época estival.