Inés Crujeiras, una pintora que inmortaliza el amor en todas sus formas

El sendero vital de las personas no acostumbra ser una línea recta, ni siquiera tiene por qué mantener el mismo rumbo durante mucho tiempo. Curvas a derecha e izquierda se suceden hasta que, de repente, las aguas empiezan a circular por su cauce. En proceso de encontrar esa corriente estable se encuentra la ribeirense Inés Crujeiras, que de la mano de la creatividad está sentando las bases para un emprendimiento.

Los pinceles y los colores la acompañaron desde la niñez, por eso cuando llegó el momento de escoger carrera no lo dudó y se lanzó a los brazos del grado de Bellas Artes. Allí experimentó con la pintura abstracta y los dibujos de estilo naíf, que «nacían da miña necesidade de reflectir certos sentimentos e malestares dunha maneira que non fora demasiado obvia para non sentirme tan exposta»

Con el paso del tiempo, los mensajes feministas y de temática social robaron el protagonismo a las piezas intimistas. Fue entonces cuando se abrió a explorar en profundidad su talento para la fotografía y la realización de carteles. En aquella época prefirió centrarse en trabajos creativos para terceros, lo que provocó un parón en su producción personal.

Admite que, de alguna manera, todo aquel tiempo hincando los codos le sirvió para cerciorarse de que los pintores profesionales no suelen vivir de lo que hacen, por lo que decidió tirar por la rama del diseño gráfico para ganarse el pan «dunha maneira máis realista». Los reveses del destino hicieron que, de un momento para otro, se plantease la necesidad de emprender con un negocio propio.

¿El objetivo? Reconectar con una forma de crear que se aleje un poco de las pantallas, volver a retomar el hábito de dar forma a sus obras utilizando directamente las manos. En la actualidad, la barbanzana combina encargos tanto para particulares como para empresas: «Estes traballos abarcan dende retratos en acuarela e outras técnicas máis dixitais, a deseños de páxinas web e identidades corporativas».

Volver a disfrutar

Del mismo modo, se está tomando esta nueva etapa de su vida como el momento perfecto para volver a disfrutar de crear porque sí. Con lo que va haciendo está formando la colección Mudanzas, una especie de recorrido visual por los diferentes domicilios por los que ha pasado a lo largo de su vida.

Un alma artística como la suya es capaz de convertir casi cualquier cosa en algo digno de admirar, igual por eso muchos vecinos de la zona ya le han pedido que haga acuarelas o ilustraciones para regalar a sus seres queridos.

La ribeirense apunta que las cosas van yendo poco a poco hacia arriba gracias a amigos que confían en su negocio. Entre los proyectos que tiene entre manos, destaca la petición de una clienta, que le encargó hacer un mapa cartográfico de la ría de Arousa con el que obsequiar a un familiar por su cumpleaños: «É un traballo moi complexo que se ten que facer de maneira minuciosa, pero dáme o oportunidade de explorar».

Sobre el tiempo que dedica a cada una de sus creaciones, manifiesta que este factor cambia dependiendo de si se trata de una acuarela, una ilustración o cualquier otro soporte. Señala que a veces le basta con tan solo una tarde mientras que otras necesita días enteros para dar forma a la idea en la cabeza y, con sumo cuidado, llevarla a la práctica.

Igualmente, apunta que intenta ser lo más eficiente posible, ya que los clientes no suelen estar dispuestos a pagar más de una determinada cantidad por cada obra, lo que no le permite invertir demasiado tiempo en cada una de ellas. La muchacha está en un momento de cambio, pero no cabe duda de que será a mejor.