La Voz de Galicia

Mala praxis

Barbanza

José Antonio Ventoso
Imagen de archivo del Tribunal Supremo.

Una minoría de jueces se están deslizando por el resbaladizo tobogán de querer hacer política con la toga

08 Jul 2024. Actualizado a las 05:00 h.

Quién va a creer en la ecuanimidad de los jueces cuando escriben tuits llamando al presidente del Gobierno «psicópata sin límites éticos» o al ministro de Justicia «siervo mentiroso patológico» y no reciben reprobación alguna del Poder Judicial. Una minoría de jueces se están deslizando por el resbaladizo tobogán de querer hacer política con la toga, por creerse únicos y verdaderos depositarios de las esencias de la nación, pero cuando la política entra en los juzgados, la justicia huye por la ventana.

La ley que sirvió para condenar y encarcelar a los independentistas catalanes en 2019 se interpreta tres años más tarde por el mismo tribunal de manera distinta: ya no es ni rebelión ni sedición, ahora es malversación y alta traición.

No me gusta la amnistía, ni la de Felipe González a los golpistas del 23F, ni la de Rajoy a 80.000 evasores fiscales; tampoco la de Sánchez perdonando a quienes anuncian su voluntad de seguir tocándonos las narices, pero en ningún caso eso me permite decidir si pago o no pago impuestos.

El Tribunal Supremo no puede cuestionar las decisiones del Congreso, del pueblo, salvo si el Tribunal Constitucional español o europeo las declaran inconstitucionales. Cuando los juristas optan por vestirse de justicieros y se niegan a aceptar leyes sin cuestionar su constitucionalidad, basándose exclusivamente en interpretaciones ideológicas, no hacen más que proyectar dudas sobre su imparcialidad. El gobierno de la ley o la ley como arma de actuación política.

Volvemos al eterno retorno. Durante doscientos años el sistema liberal en España se asentó en los militares y en los jueces. Los golpes de Estado y los espadones se enterraron cuando España entró en la OTAN. Los jueces lamentablemente siguen con su mala praxis de considerarse más que servidores públicos.


Comentar