La Voz de Galicia

Minoritarios

Barbanza

Christopher Rodríguez
Imagen de archivo del Rotogal Boiro Voleibol.

Cada uno debe recibir lo que genera, pero con trabas y sin ningún apoyo más allá que acercarse el día que se levanta el trofeo para salir en la foto, el tema se complica bastante

23 Jul 2024. Actualizado a las 05:00 h.

El desembarco de la Liga ACT en Barbanza ha dado muestras una vez más de que los mal llamados deportes minoritarios, no lo son tanto. Decenas de personas se congregaron movidos por el amor al remo y a los que lo practican. También sucede con el voleibol, con el taekuondo, con el kempo o con cualquiera que no sea al que se le impuso la corona de rey no hace tanto.

Estas actividades no son minoritarias en cuanto a las personas que las practican, sino en las ayudas que reciben para subsistir cada día como si sus condiciones fueran las mejores. Hay falta de material, deficiencias en instalaciones e imposibilidad de ofrecer un sueldo digno a los que quieren dar de comer a sus familias como cualquier profesional.

La hemeroteca está ahí para el que quiera verla y, salvo excepciones, ha quedado demostrado que sin la existencia de un gran empresario es imposible sustentar un proyecto como los que se ven en el fútbol en divisiones no tan altas. Tan solo un adinerado amante de cualquier práctica de las calificadas como minoritarias que tenga ganas de ejercer el mecenazgo puede dar algo de aire a los clubes.

Las subvenciones de las que dependen las directivas o son insuficientes o no llegan en tiempo y forma, derivando impagos a trabajadores que se dejan la piel o en otras irregularidades. Los patrocinios se consiguen yendo puerta por puerta a los negocios locales para que den su desinteresado donativo. Cierto es que cada uno debe recibir lo que genera, pero con trabas y sin ningún apoyo más allá que acercarse el día que se levanta el trofeo para salir en la foto, el tema se complica bastante.


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